sábado, 10 de agosto de 2024

Unos arqueólogos desentierran un muro y descubren pruebas de la legendaria rebelión de Espartaco

 


Este espectacular hallazgo da vida a la verdadera historia de un héroe de la Antigüedad

La historia de Espartaco, el gladiador tracio que lideró un levantamiento de esclavos durante la Tercera Guerra Servil, ha perdurado a lo largo de los milenios. Ha sido inmortalizado en el cine y la televisión, y a menudo evocado en debates sobre posteriores rebeliones históricas de esclavos como las de Toussaint Louverture, Nat Turner o el asalto a Harper's Ferry.

Pero el legado de las acciones de Espartaco no sólo perdura en la ficción y la comparación histórica. Como ha descubierto recientemente un pequeño equipo de arqueólogos que trabajan en Italia, aún quedan vestigios físicos de la rebelión de los esclavos.

El Archaeological Institute of America anunció recientemente que un equipo, dirigido por el Dr. Paolo Visona de la Universidad de Kentucky, ha determinado de forma concluyente que un muro de piedra de 2,7 kilómetros en el bosque Dossone della Melia de Calabria, Italia, fue construido por el general romano Marco Licinio Craso para contener la revuelta de esclavos liderada por Espartaco. Y el muro de piedra no es la única prueba de aquel conflicto hallada en la zona.

Craso, conocido como miembro del Primer Triunvirato junto a Pompeyo y Julio César, ascendió al poder en gran parte gracias a su victoria sobre la rebelión de Espartaco. Gran parte de lo que hoy sabemos sobre Espartaco y su rebelión procede de las biografías de Craso.

Vidas paralelas, escrita por el autor grecorromano Plutarco, proporciona el registro más antiguo que existe de las acciones de Espartaco durante la Tercera Guerra Servil, que Plutarco señala que en ese momento era «generalmente llamada la guerra de Espartaco». Describe a Espartaco como «poseedor no sólo de gran valor y fuerza, sino también de una sagacidad y cultura superiores a su fortuna», y describe la rebelión de los esclavos desde su combate inicial con «cuchillas y escupitajos de alguna cocina» en el 73 a.C. hasta su derrota en el 71 a.C. a manos de Craso y, en cierta medida, de Pompeyo 

Pero esta obra fue escrita en el siglo II d.C., al igual que la obra posterior de Appiano, Las Guerras Civiles (la parte superviviente de una obra mayor perdida, La Historia Romana), que también ofrece una historia de Espartaco y la rebelión. El hecho de que no existan relatos contemporáneos, sino sólo los compuestos cientos de años más tarde, hace que hallazgos arqueológicos como éste sean aún más importantes para nuestra comprensión de este conflicto histórico.

Según el comunicado emitido por la AIA, un grupo de ecologistas locales avisó al equipo de Visona de la existencia del muro y de un foso cercano «característico de un sistema defensivo romano de fosa y agger».

El grupo no sabía nada del origen de la muralla ni de su finalidad original, pero el equipo de Visona empleó un radar de penetración en el terreno, LIDAR, magnetometría y muestreo del suelo para descubrir los restos de la épica guerra. En su excavación hallaron «numerosas armas de hierro rotas, como empuñaduras de espada, grandes hojas curvas, puntas de jabalina, una punta de lanza y otros restos metálicos», todo lo cual dejaba claro que en esta barricada en concreto se libró una batalla.

Más de dos milenios después de que las acciones de Espartaco grabaran su nombre en la historia, descubrimientos como el de este muro, y las armas que lo acompañaban, ayudan a esbozar una imagen más completa del famoso conflicto.

Font, article de Michael Natale per a "Esquire"

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