Científicos surcoreanos han reinventado la rueda con un nuevo dispositivo que se transforma mecánicamente, pasando de ser tan duro como un neumático normal a tan maleable como la plastilina
Cómo funciona
La capacidad de la rueda para cambiar de forma depende del ajuste de la tensión en estos radios de alambre. La tensión se controla alterando la distancia entre los dos lados del buje central. Cuando se aumenta la distancia del buje, los radios tiran de los bloques de la cadena hacia adentro, tensando la estructura y haciendo que la rueda adopte una forma rígida y circular. Este estado es óptimo para un movimiento rápido en superficies lisas y planas.
Por el contrario, cuando se reduce la distancia del buje, la tensión en los radios disminuye, lo que permite que los bloques de la cadena se expandan hacia afuera. Esta reducción en la tensión hace que la rueda sea más flexible y deformable, permitiéndole adaptarse y rodar sobre obstáculos. En este estado suavizado, la rueda puede deformarse significativamente, ajustándose a la forma del terreno que encuentra, lo que le permite superar obstáculos de hasta un 40% de su radio.
El funcionamiento de esta rueda puede compararse con el comportamiento de una gota de líquido bajo la influencia de la tensión superficial. Así como la tensión superficial tira de una gota hacia una forma redondeada al contraer sus moléculas de superficie hacia adentro, la tensión en los radios de la rueda tira de los bloques hacia una configuración circular. Cuando se relaja la tensión, la estructura se vuelve más flexible, similar a cómo una gota puede deformarse bajo fuerzas externas.
Según los datos del artículo de investigación, este mecanismo de rigidez variable ha sido probado con éxito en aplicaciones prácticas, incluyendo una silla de ruedas de dos ruedas y un vehículo de cuatro ruedas. Estas pruebas demostraron que la rueda podía cambiar entre estados rígidos y flexibles en tiempo real, permitiendo que los vehículos atraviesen tanto superficies lisas como terrenos irregulares con obstáculos de hasta 1,2 veces el radio de la rueda, desde rocas hasta escalones.
La capacidad de ajustarse en tiempo real al terreno ofrece una mejora significativa en la movilidad de los dispositivos que operan en entornos desafiantes. En primer lugar, es más simple, requiriendo menos elementos mecánicos que los diseños anteriores, como los utilizados por los rovers Curiosity y Perseverance de la NASA en Marte. Dado que es un diseño más simple, aunque parezca más complejo, será menos propenso a fallar que los diseños anteriores de vehículos todoterreno. Sin embargo, todavía queda resolver su principal inconveniente: el diseño actual de la rueda tiende a acumular partículas de tierra entre los huecos de su radio.
Con el tiempo, la tierra hace que el mecanismo falle. Los inventores, sin embargo, afirman que pueden resolver esto con cubiertas flexibles que ocultarán los espacios vacíos expuestos en el diseño actual.El santo grial de una rueda verdaderamente todoterreno
A pesar de su papel fundamental en la civilización, las ruedas han permanecido más o menos iguales durante milenios. Esto es extraño porque, a pesar de su uso generalizado, las ruedas tradicionales tienen limitaciones severas cuando se trata de atravesar terrenos irregulares o llenos de obstáculos. Se han hecho numerosos intentos para mejorar esto, con diferentes niveles de éxito.
La NASA es quizás el taller más avanzado en cuanto a desarrollo de vehículos todoterreno. El rover marciano Sojourner—que comenzó a rodar sobre el canal Ares Vallis el 4 de julio de 1997—fue el primer vehículo con ruedas en otro planeta. Para poder atravesar el terreno accidentado del Planeta Rojo, contaba con seis ruedas de 13 centímetros hechas de aluminio, montadas en un chasis con dos elementos. El primer elemento, llamado ‘Bogie’, conectaba la rueda delantera con la central. El segundo se llamaba ‘Rocker’ y conectaba la rueda trasera con el primer elemento.
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