- Se trata de una medida de seguridad complementaria en caso de accidente
Según una de las últimas campañas de vigilancia que la Dirección General de Tráfico (DGT) ha realizado, más de 800 personas cada día siguen sin ponerse el cinturón de seguridad cuando viajan. Afortunadamente, estos casos son una minoría, en parte gracias a las sucesivas campañas de concienciación, a las contundentes multas que conlleva la infracción (4 puntos del carnet) o la siniestralidad que conlleva —de acuerdo con el organismo, el cinturón de seguridad reduce en un 50% el riesgo de fallecer en un siniestro—.
La norma actualmente vigente obliga a abrochar el cinturón a todos los usuarios del vehículo, independientemente de que conduzcan o no o de que se encuentren en las plazas delanteras o traseras. Y a modo de recomendación, desde hace algunos años la DGT aconseja también abrochar todos los cinturones de las plazas traseras haya o no pasajeros.
Aunque pueda parecer extraño, esta recomendación tiene sentido cuando circulamos con objetos en el maletero. Pero ¿por qué? Según explicó el organismo hace años, si colisionamos de manera frontal, los objetos que vayan sueltos en el automóvil pueden convertirse en auténticos proyectiles.
Efecto elefante
"Por efecto de la inercia, cualquier objeto que viaje suelto en un automóvil continúa su marcha hacia delante y multiplica, por efecto de la velocidad, la fuerza con la que golpearía a cualquier ocupante hasta por cuarenta veces su peso a tan solo 50 km/h. Así, un niño de tres años cuyo SRI estuviera mal anclado y viajara en el asiento trasero, en caso de accidente, golpearía al ocupante —o conductor— de los asientos delanteros con la misma fuerza que si se hubiera convertido en una jirafa (a 50 km/h) o en un elefante (90 km/h), en el denominado efecto elefante", explicó la DGT en 2018 en su revista Tráfico y Seguridad Vial.
Por la inercia y el #efectoelefante, la fuerza con la que un objeto suelto dentro del #vehículo golpearía a cualquier ocupante se multiplicaría hasta por 40 veces su peso a 50 km/h. Imagina si fuese un niño mal anclado o sin sujeción.
Y aunque creamos que en el maletero los enseres van seguros, lo cierto es que una colisión intensa podría hacer que los objetos más pesados, como las maletas, tumben los sillones reclinables y lleguen incluso al habitáculo delantero. Por ello, y dado que no cuesta nada, hay quienes recomiendan abrochar los cinturones cuando no vaya nadie sentado en los asientos traseros.
Font, article en "elEconomista.es"
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