viernes, 9 de agosto de 2024

Una oportunidad para reindustrializar España

 


  • Este proceso energético es el broche de oro bajo las largas horas de luz que tenemos
  • España es líder en la inversión renovable de las energías
  • España ha avanzado de forma sustancial en los últimos años en la construcción de instalaciones de generación de energía renovable convirtiéndose en uno de los referentes de la transición energética en Europa. Partiendo de la base de disponer de uno de los mejores recursos combinados de Europa, sino el mejor –medido en horas de sol, viento y territorio disponible-- España logró en 2023 pulverizar sus máximos históricos de generación renovable, cuando la mitad del mix (50,3%) tuvo su origen en recursos como el viento, el sol o el agua. En 2019, la potencia renovable total ascendió a 55.045 MW y este 2023 se elevó hasta los 77.039 MW, según datos de Red Eléctrica.

    El despliegue de las energías renovables, además, ha supuesto un revulsivo en aquella parte de España menos poblada o aquella que busca ser cuna de nuevas inversiones para dinamizar su tejido productivo. Castilla-La Mancha fue el pasado año la comunidad autónoma donde se instaló más potencia renovable (2.121 MW nuevos), siendo la segunda del ranking de potencia instalada renovable, por detrás de Castilla y León, con 13.046 MW instalados. Y merece mención también Andalucía, la tercera comunidad con mayor potencia instalada renovable en España con un total de 11.100 MW verde; Aragóncomunidad donde las energías renovables representan ya el 77% del total de su potencia instalada Extremadura, que mantiene el liderazgo nacional en potencia instalada solar fotovoltaica.

  • Un compendio de datos y porcentajes que se traducen en impactos positivos en empleos y en las bases fiscales de los municipios que las acogen, aunque puedan generar dudas sobre si esto es suficiente a cambio de aportar una parte significativa de su territorio, aunque sea en desuso.

    España es una potencia energética renovable que produce más de la mitad de la electricidad que consume, dispone de abundante energía limpia y barata, se ha convertido en un factor de competitividad y ha reducido la dependencia energética exterior en cerca de 10 puntos en los últimos años.

  • Pero toda luz genera sombras. El éxito de la política energética desplegada, su intensidad, ha producido algunos desajustes de mercado que requieren respuesta para que la transición energética continúe hasta sustituir a los combustibles fósiles y alcanzar la independencia energética real. El más significativo de los de los desajustes es que el despliegue de la generación de electricidad renovable ha ido más rápido que el incremento del consumo de electricidad, o la electrificación de la economía, generando paradas de las instalaciones y un número de horas, cada vez mayor, de energía a precio cero o negativo que ponen en peligro las inversiones y la transición energética misma.

    Con la invasión rusa de Ucrania, Europa despertó de un sueño, ser competitiva sobre la base de disponer de gas ruso (y de otros países) barato que alimentaban a su industria electro intensiva (siderurgia, petroquímica, automóvil, cementos ...) y que la mantenían en grados de competitividad aceptable. El duro despertar demostró que la primera acción de una política energética inteligente es consumir recursos propios.

  • Y una política inteligente es saber anticiparse a nuevos retos. Disponer de energía limpia y barata también atraerá nuevas industrias electro intensivas. El Gobierno debe entender que la demanda de suministro energético de actividades electro intensivas es una oportunidad para nuestro país y es una consecuencia del éxito de la política desplegada en los últimos años. Es más una oportunidad que un problema.

    Además, tenemos los activos para ser candidatos para desempeñar este rol de hub digital del sur de Europa. A una posición geográfica privilegiada, se suma una buena conectividad –España es el quinto país del mundo con mejor conectividad, con 36 conexiones que la unen con América, África y Europa—y una apuesta energética.

  • La industria electro intensiva que viene, además, tiene notables características que cabe destacar: invierte una gran cantidad de capital --los data centers entre 10 y 12 millones de euros por megavatio—crea un importante volumen de empleo directo, genera la implantación de un gran número de industria auxiliar, el empleo generado es bien retribuido y estable, e implica un impacto fiscal notable en las haciendas locales.

    La potencia de los data centers se mide en megavatios, lo que viene a significar que el acceso a la energía es un factor crítico. Si aspiramos a disponer de una infraestructura digital de primer nivel tendremos que facilitarle el acceso a la energía requiriéndole al sector que intensifique el consumo de energía renovable, que haga una inversión en almacenamiento de electricidad que permita gestionar el suministro energético y que minimice el consumo de agua. En esas condiciones conseguiremos ser el hub digital del sur de Europa y a la vez incrementar el consumo de electricidad de fuentes renovables, reduciendo así el desajuste entre oferta y demanda y dando otro gran impulso a la transición energética.

  • El Gobierno de España, los gobiernos autonómicos y los ayuntamientos deben ver en los data centers y en la industria electro intensiva nueva (hidrógeno verde, etc.) y antigua (petroquímica, siderurgia…) una oportunidad de reequilibrio territorial. Por ello se debe apoyar que estas actividades se sitúen cerca de donde se genera la energía favoreciendo la actividad industrial en territorios que han quedado rezagados en términos de industrialización históricamente, pero que son protagonistas de la transición energética. La energía limpia y barata debe y puede constituirse en una palanca del desarrollo económico para nuestro país.

    Deberíamos enfrentarnos a estas nuevas oportunidades con una visión de proyecto de país, dejando a un lado las limitaciones que imponen los prejuicios y la ideología, aprovechando la oportunidad que nos ofrece este tiempo para reindustrializar España y convertirla en una potencia energética del siglo XXI.

  • Font, article de José Luis Morlanes per a "elEconomista.es"

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