El propietario de este canal de YouTube ha narrado el calvario por el que está pasando con su Fisker Ocean
Los propietarios de un Fisker Ocean están pasando por un auténtico infierno. Han visto cómo su compra del coche eléctrico se ha devaluado hasta niveles impensables hace sólo unos meses.
Comprar un coche eléctrico y que a los 10 meses valga cinco veces menos
En el último vídeo lanzado por el youtuber describe cómo están pasando por esta situación. A principios del año 2024 compraron este modelo por un precio de unos 70.000 dólares, mientras que 10 meses después está tasado en apenas 13.500 dólares. Es decir, ahora vale alrededor de cinco veces menos. Pero este es sólo uno de sus problemas con el Fisker Ocean.
El propietario describe que no sólo tiene el problema de la depreciación, sino también el que el coche eléctrico pierda sentido en términos de novedades. Con motivo de la quiebra, Fisker dejó de lanzar actualizaciones para este, con lo que el modelo pierde una de las grandes virtudes de los vehículos eléctricos: su mantenimiento al día a través de las actualizaciones de software.
Del mismo modo, apenas existen piezas para recambios, con lo que, en caso de avería, sólo dispone de un pequeño grupo de empresas colaboradoras que podrían hacer frente a estos inconvenientes. Edmunds admite que su coche desde el principio ha mostrado problemas, tanto de hardware como de software. “Realmente contábamos con esas actualizaciones para solucionar esos problemas a medida que avanzábamos”, admite el youtuber en su vídeo.
Uno de estos problemas a los que se refiere es que le cuesta detectar la llave, es decir, unas veces arranca y otras no; también es complicado que detecte el ciertos comandos a través de su pantalla central. También admite que sólo le dieron una única llave, por lo que en caso de pérdida estaría realmente en apuros. La marca aseguró que lanzaría una App para smartphone en la que se podría desbloquear el coche. Ahora ya nunca llegará a ser una realidad.
Además de todo esto, Edmunds asegura que su coche eléctrico cuenta con otros muchos problemas, como la inoperancia del sistema de arranque en cuesta o cámara marcha atrás que funciona cuando quiere, además de tener muy baja resolución.
Pese a todo esto, Edmunds asegura que no todo son malas noticias, ya que admite que el coche es agradable de conducir y tiene una autonomía máxima excepcional de unos 575 kilómetros (según sus propias pruebas). Además, también le gusta el modo de apertura de todas las ventanas, en el que incluso la luneta trasera se puede bajar, algo que se puede usar para transportar elementos como una tabla de surf en su interior.
Sin embargo, nada de esto oculta la realidad, y es que Edmunds ha sufrido una pérdida económica de más de un 80% sobre el precio que pagó hace sólo 10 meses por él, o lo que viene a ser lo mismo, unos 56.000. dólares de pérdida. ¿Qué solución puede tener ante esto? Por el momento, ninguna. A menos que una empresa más grande quiera hacerse con los derechos de Fisker y relanzar todos sus proyectos, lo que a priori parece casi imposible.
Font, article de Alberto Pérez per a "Híbridos y eléctricos"
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