El hallazgo demuestra que Europa no era un punto aislado, sino que estaba en constante contacto con África y Oriente Próximo.
Las herramientas encontradas, clasificadas como achelenses, superan en sofisticación a la tecnología olduviana, predominante en la prehistoria. Estas avanzadas técnicas de tallado indican que los homínidos que habitaron la región catalana no solo seleccionaban materiales cuidadosamente, sino que también los trabajaban fuera del sitio y los transportaban de manera estratégica.
Diego Lombao, líder del equipo de investigación del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES-CERCA), subraya en un comunicado la importancia del yacimiento: "El Barranc de la Boella es un testimonio clave de las primeras dispersiones del Modo 2 (Achelense) en Europa, marcando un punto de inflexión en la historia tecnológica del continente".
Además de hachas, los arqueólogos descubrieron grandes picos diseñados para tareas específicas, lo que sugiere que estos antiguos habitantes desarrollaron métodos avanzados para recolectar y utilizar recursos.
Evidencias de migración y conexión África-Europa
El experto comenta que este descubrimiento refuerza la hipótesis de que "Europa no fue un escenario aislado, sino un espacio de intercambio y evolución tecnológica, en constante contacto con África y Oriente Próximo".
Este contacto continuo habría permitido la transmisión de técnicas y comportamientos avanzados, produciéndose un importante "cambio tecnológico de los homininos de Europa en un momento en que las herramientas no sólo eran utilitarias, sino que también implicaban una planificación sofisticada y un uso más eficiente de los recursos".
Un legado de inteligencia y estrategia
El equipo de arqueólogos destaca que las herramientas achelenses encontradas en Tarragona son un reflejo de comportamientos estratégicos y planificación, características poco comunes en las sociedades que usaban tecnología olduviana. Este nivel de complejidad marca un avance significativo en la evolución de las habilidades humanas y su capacidad para adaptarse a nuevos entornos.
"Estos comportamientos suponen un avance significativo respecto a las tecnologías presentes en Europa en ese momento, conocidas como Modo 1 u Oldowan. Entre estos avances, destaca la selección y preparación de materias primas, con una gestión diferencial de sus recursos", reflexionan los científicos.
Font, article en "HuffPost"
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