El reino invierte en energía solar y plantas flotantes para garantizar el suministro de agua
Arabia Saudita, uno de los países más áridos del mundo, se enfrenta a enormes retos por la falta de agua potable. Sin ríos ni lagos permanentes, el reino depende de soluciones tecnológicas para abastecer a su población, que ronda los 40 millones de personas. Con una producción diaria de 9,7 millones de metros cúbicos de agua desalada, el país lidera a nivel mundial este proceso, según datos de elEconomista.
El reino cuenta con 32 plantas desalinizadoras operativas y seis más en construcción, responsables del 22% del agua desalada global. El proceso se basa en el uso del petróleo como fuente energética, una paradoja para un país con las mayores reservas de crudo del mundo. La capacidad de Arabia Saudita para producir hasta 13 millones de barriles diarios ha permitido convertir el agua del mar en un recurso vital.
No obstante, conscientes de la necesidad de sostenibilidad, las autoridades saudíes han comenzado a implementar tecnologías más limpias. Entre estas destacan las unidades de energía solar y plantas flotantes de desalinización ubicadas en el Mar Rojo, que buscan reducir la dependencia del petróleo y cubrir la creciente demanda. Además, se han introducido métodos como la ósmosis inversa para purificar el agua marina de manera más eficiente.
En paralelo, el país ha optimizado el uso de sus acuíferos subterráneos y reservas superficiales. Estas estrategias combinadas son esenciales para garantizar un suministro estable de agua potable en un entorno donde las lluvias son mínimas y el acceso al agua dulce es limitado.
Font, article en "HuffPost"
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