Como contexto, desde 1992, China se ha distinguido por encabezar los procesos de adopción internacionales. Alrededor 160,000 infantes durante aquella década. Así, el país se posicionó como una de las principales naciones con este tipo de trámites. Fue hasta la pandemia del COVID-19 que se le puso un alto.
Para ejemplo de ello, entre 2004 y 2022 más de 89,000 niños chinos fueron adoptados en alrededor de dos docenas de países, según recaba el Wall Street Journal. Estados Unidos sobresale como el principal país de acogida, con más de 82,600 adopciones provenientes de China. El punto más alto se registró en 2005, con cerca de 8,000 casos.
Pero todo esto tiene un trasfondo situado décadas más atrás. A finales de los años 70, y debido a la preocupación por el rápido crecimiento demográfico, Beijing adoptó la medida del hijo único. Lo anterior dado a que su población se acercó a la marca de mil millones de habitantes, lo que también generó una inquietud por sus posibles consecuencias económicas.
Para los años 90, el gobierno endureció las normas. Restringió los acuerdos informales que permitieron a los padres con más de un hijo transferir la crianza a parientes u otras familias para evadir la política. Dichas medidas llevaron a un aumento significativo de niños en los orfanatos. Como resultado: se entrecruzan las adopciones por padres extranjeros.
La situación actual es completamente diferente. En 2023, China perdió cerca de 2.1 millones de habitantes y registró 9.02 millones de nacimientos, la cifra más baja desde que existen registros. El balance demográfico del año pasado también es negativo, lo que evidencia una disminución de la población cada vez más rápida.
Además, según datos de Statista se muestra una reducción significativa en el número de huérfanos en China: de 570,000 en 2012 a 158,000 hace dos años. Este cambio en el panorama demográfico llevó a las autoridades chinas, hace ya algunos años, a reconsiderar la política del hijo único.
"En cierto modo, es el fin de una era y el cierre de uno de los capítulos más vergonzosos de las tres décadas y media de ingeniería social conocida como la política del hijo único. El Gobierno chino creó el problema y luego no pudo lidiar con las limitaciones financieras y por eso permitió la adopción extranjera como último recurso".
Wang Feng, profesor de sociología de la Universidad de California para NYT.
Eso sí, desde su anuncio, no han habido actualizaciones por parte del gobierno de Xi Jinping sobre detalles detrás de esta decisión. De igual manera, tampoco se especificó cómo se implementará y qué impacto tendrá en las adopciones que actualmente están en proceso.
Font, article de Ismael García Delgado per a "Xakata"
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