Interior de uno de los pasillos paralelos del Eurotúnel.David Sailors
El túnel entre Irlanda y Gales, de 87 kilómetros, promete revolucionar las conexiones en Europa, con un coste estimado de 208.000 millones de libras
El proyecto, que según el Daily Express se ha bautizado como la “ruta del Irish Mail”, busca unir Holyhead, en Gales, con Dublín, en Irlanda, en un trayecto que tomaría apenas 30 minutos en coche. Actualmente, cruzar entre ambos países implica más de cuatro horas de viaje en avión o ferry. Aunque todavía está en fase conceptual, esta infraestructura promete un impacto transformador, tanto en términos de conectividad como en el desarrollo económico de la región.
La idea de conectar Irlanda y Gran Bretaña no es nueva. Desde la época victoriana se han planteado propuestas similares, aunque los avances tecnológicos de las últimas décadas han permitido que estas ambiciones sean más viables. En 2021, el gobierno británico descartó inicialmente este proyecto debido a su elevado coste, de 208.000 millones de libras, y las preocupaciones medioambientales asociadas. Sin embargo, su atractivo económico y logístico ha mantenido viva la discusión.
Según informes de la época, la construcción del túnel podría generar más de 35.000 empleos y fomentar el uso de energías renovables provenientes de fuentes como el viento y las mareas. Además, la conexión aprovecharía las rutas ferroviarias y de carretera ya existentes en Dublín y Holyhead, convirtiéndose en un motor para el turismo y el comercio en ambos lados del Mar de Irlanda.
Entre las opciones consideradas, esta ruta se ha consolidado como la más viable frente a alternativas como el “Kintyre Route”, que conectaría Escocia con Antrim, en Irlanda del Norte, o la propuesta de Boris Johnson en 2019 para construir un puente entre Escocia e Irlanda. A pesar de ser la ruta más corta, el Kintyre Route carece de la infraestructura necesaria para complementar la conexión.
Bill Grose, ex presidente de la British Tunnelling Society, explicó a la BBC: “Intuitivamente, Holyhead a Dublín es una ruta más preferible. Está más cerca de Manchester y Liverpool, y conecta directamente con Dublín”.
El túnel entre Irlanda y Gales podría posicionarse como una obra icónica de la ingeniería moderna, marcando un antes y un después en la movilidad europea. Si bien los desafíos financieros y técnicos son colosales, este proyecto destaca por su potencial para reforzar la cohesión económica y social en la región, sentando un precedente para futuras infraestructuras transfronterizas.
Mientras tanto, el sueño del túnel España-Marruecos parece quedar en el tintero, eclipsado por esta nueva hazaña de la ingeniería europea.
Font, article en "HuffPost"
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