sábado, 22 de junio de 2024

Stellantis presionó más que nadie para poner aranceles al coche eléctrico chino. Ahora tiene su propio coche eléctrico chino sin aranceles

 

  • Stellantis salió de China y consiguió un acuerdo con Leapmotor para producir sus coches

  • Su fábrica de Polonia ya está haciendo pruebas para ponerlos en el mercado a un coste como el de China

Hace apenas una semana, la Unión Europea confirmaba que impondrá aranceles a los coches eléctricos llegados desde China. La medida afecta particularmente a BYD, Geely y SAIC que se enfrentan a un muro económico de entre el 17,4% y el 38,1% de encarecimiento por traer sus coches eléctricos a nuestro continente.

Aunque la medida empezará a funcionar temporalmente a partir de julio, todavía tiene que ser reafirmada por los países de la Comisión Europea el próximo mes de noviembre. 

Hay que añadir que los tres gigantes chinos han sido señalados por la Unión Europea pero se espera que los aranceles se extiendan en mayor o menor medida a todos los coches eléctricos exportados desde el país asiático si se demuestra que las marcas occidentales recibieron beneficios por trabajar allí y su disposición a colaborar en la investigación, enfrentándose a aranceles que pueden situarse en la horquilla anterior.

Tesla, por ejemplo, ha solicitado un castigo variable dependiendo del coche, pues un mismo modelo se produce en Europa, Estados Unidos o China dependiendo de la variante mecánica elegida. Esto debería disparar el precio de algunas versiones del Tesla Model 3. Empresas como BMW, Mercedes o Volkswagen se han mostrado contrarias a los aranceles, como Renault con su Dacia Spring, están a la espera de terminar de conocer todos los detalles.

Es decir, la medida se aplicará de forma temporal a partir de julio y será en noviembre cuando la normativa se aplique definitivamente o se corrija en favor o en detrimento de los coches eléctricos llegados desde China. Por el camino, negociaciones con el Gobierno chino para llegar a un posible acuerdo.

Y, en todo este lío burocrático que, sin duda, genera incertidumbre en el futuro a corto plazo de estas compañías, Stellantis puede sacar una buena tajada.

El movimiento maestro de Carlos Tavares

Si alguien ha destacado por atacar a los coches chinos en los últimos años ha sido Carlos Tavares. El CEO de Stellantis ha defendido por activa y por pasiva que sus coches no podían competir en igualdad de condiciones con los vehículos que llegan desde allí y amenazaba con llevarse la producción europea a países como India para igualar su posición de salida.

Al contrario que otras compañías europeas, Stellantis terminó por salir de China después de una mala experiencia en el país. Para fabricar allí, el Gobierno exige asociarse con una empresa local y su acuerdo con GAC no resultó exitoso. La mala experiencia llevó a Stellantis a salir de un mercado gigantesco como es China.

Pero Tavares se guardaba un as debajo de la manga. Mientras el rumor de los aranceles europeos cogían fuerza, Stellantis compraba el 21% de Leapmotor y dos asientos en la junta directiva. Pero, sobre todo, conseguía hacerse con los derechos de exportación de los vehículos Leapmotor fuera de China, así como la explotación de su nombre comercial y la posibilidad de ensamblar sus vehículos más allá de las fronteras chinas.

Esto mismo es lo que Stellantis llevará a cabo en Polonia. Como ha confirmado Automotive News, el gigante automovilístico ya hace pruebas en el país europeo para poner en marcha en los próximos meses su cadena productora de coches Leapmotor. El movimiento es parecido al que intenta Chery con su planta barcelonesa.

Desde Reuters apuntan a que llevarse la producción de Leapmotor a Polonia está íntimamente relacionada con el control de gasto y costes. Según la agencia, el coste de producción por vehículo es de entre 400 y 500 euros (parecido al de producir en China) pero que en Italia sería de unos 1.000 euros. En este dato solo se incluye ensamblar el vehículo, no se tiene en cuenta el precio de la batería, por ejemplo.

Con este movimiento, Tavares espera saltarse el muro económico que Europa quiere imponer a China. Al mismo tiempo que produce a un coste bajo un coche que ya ha sido diseñado en China (le ahorra todos esos costes de desarrollo), consigue una ventaja frente a empresas chinas que están asentándose en el mercado europeo y que tendrán que afrontar aranceles hasta que produzcan sus coches en Europa.

Font, article de Alberto de la Torre per a "Xakata"

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