domingo, 16 de junio de 2024

El último pueblo que compraron los templarios está en Castellón y es uno de los más bonitos de España

 


Los templarios desembolsaron 500.000 sueldos valencianos en la compra de este municipio

En el interior de la provincia de Castellón, y considerado como uno de los pueblos más bonitos de España, se encuentra la localidad de Culla, el último municipio adquirido por la orden de los Templarios antes de su desaparición. Concretamente, la adquisición se produjo en el año 1307.

El 27 de marzo de aquel año, las tierras del Señorío de Culla (actuales términos municipales de Culla, Benassal, Atzeneta del Maestrazgo, Vistabella del Maestrazgo, La Torre de Besora, Benafigos y Villar de Cannes) pasaron a control templario. En el documento original, que todavía se conserva en el Archivo Municipal, se pueden contemplar las firmas de Guillermo de Anglesola (antiguo Señor) y de Arnald de Banyuls (Comendador templario en Peñíscola), el cual firmó en nombre del último Gran Maestro de la Orden, Jaques de Molay. Los templarios desembolsaron 500.000 sueldos valencianos en la compra de Culla, que curiosamente fue la última y más cara adquisición de la Orden del Temple en la Corona de Aragón antes de su controvertida desaparición en 1314.

Pero esta orden no fue la única que se interesó por su estratégica ubicación y su naturaleza salvaje. Como ocurre en otros rincones de la geografía española, Culla también fue dominio musulmán, aunque sus orígenes se remontan a la prehistoria, como prueban los restos arqueológicos hallados o las pinturas rupestres del barranco de Santa Maria y Covarxa.

Atravesar sus empinadas calles hasta llegar a su casco antiguo, ubicado a 1.120 metros de altitud y declarado Bien de Interés Cultural, es presenciar los vestigios todavía latentes de civilizaciones pasadas. Una amalgama de culturas que dieron como resultado su rica historia e identidad propia.

Por sus callejuelas estrechas se llega hasta la Iglesia de San Salvador, cuyo interior esconde imaginería de gran valor artístico de estilo gótico. Hay que incluir en el recorrido la Casa Abadía, el antiguo hospital y los arcos de la antigua muralla y la prisión. Y una gran propuesta es recorrer el camino entre el núcleo urbano y el castillo para poder llegar al mirador del Singlet y dejarte impactar por la belleza del paisaje.

Desde el mirador se puede apreciar mejor que se trata de un municipio ubicado en una colina y que está dividido en dos partes: en la parte alta predominan las fachadas de piedra y en la parte baja de Culla son las paredes encaladas las que se encargan de recordar la cercanía del Mediterráneo. Tras este paseo, los restaurantes de Culla se encargarán de devolverte la energía con la “olla del Maestrat” o la “coca celestial”.

Font, article de T. Fabra per a "La Razón"



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