lunes, 17 de junio de 2024

Tres de cada 10 conductores de coches eléctricos se volverían a comprar un coche de gasolina, según este estudio

 


Las ventas de coches eléctricos no pasan por su mejor momento. Muchos clientes potenciales siguen sin estar convencidos y, lo que es peor, tres de cada diez propietarios de coches eléctricos no volverían a comprar un vehículo a batería, según un nuevo estudio. Una proporción que sube a cuatro de cada diez en Estados Unidos. Para su siguiente automóvil, volverían a un modelo con motor de gasolina.

Es lo que se desprende de una encuesta mundial a consumidores realizada por McKinsey & Co. que, entre otros resultados, concluye que la preocupación por las infraestructuras de recarga está obstaculizando la transición a los vehículos eléctricos.

La dificultad para poder recargar en la calle es un freno para el coche eléctrico

"No me lo esperaba", declaró a Automotive News Philipp Kampshoff, director del 'Center for Future Mobility' de la consultora. En contra de la creencia popular, no todos los compradores de eléctricos son finalmente clientes convencidos para los que no hay vuelta atrás.

El 29% de los propietarios de vehículos eléctricos de todo el mundo dijeron que probablemente no volverían a comprar un eléctrico. Los consumidores de todo el mundo afirmaron que su principal preocupación era la inadecuación de la infraestructura pública de recarga. También se mostraron preocupados por los altos costes de propiedad y el impacto negativo en los viajes de larga distancia.

De hecho, sólo el 9% de los encuestados en todo el mundo consideraba que la oferta de recarga pública era suficiente para sus necesidades. Y si bien la mayoría de compradores actuales de coches eléctricos tienen un punto de carga doméstico, no será el casos de los futuros clientes.

La industria y los países deberían plantearse tejer una red de carga de acceso público mucho más importante que en la actualidad.Es algo que hemos visto en Noruega, donde el más del 25% del parque móvil del país se compone de coches eléctricos.

"La próxima generación de compradores de vehículos eléctricos dependerá de la recarga pública mucho más que la actual", afirma Kampshoff. Serán los compradores que no tienen acceso a una carga doméstica y que deben cargar sus coches en la vía pública. "Parte de la disponibilidad es la visibilidad", dijo. "No puedes tener los cargadores escondidos detrás de un Walmart [supermercado]".

Esa percepción de falta de puntos de carga se refleja en el hecho de que el 21% de los encuestados de todo el mundo no quiere cambiar bajo ningún concepto a un coche eléctrico. El 33% de esos encuestados reacios al cambio mencionaron los problemas relacionados con la recarga. Y es que muy pocos países tienen una cobertura adecuada ya sea en ciudad o para viajes largos. En España, por ejemplo, quedan muchas zonas del país vacías sin apenas puntos de carga de gran potencia.

La preocupación por la dificultad a la hora de recargar se ve exacerbada por las expectativas de autonomía que tiene el público de los coches. Las expectativas de autonomía mínima de los consumidores han aumentado hasta los 468 km actuales, frente a los 434 km que decían necesitar en 2022.

Sin embargo, la realidad es que los coches con más de 400 km de autonomía real en uso mixto, ciudad y carretera, no abundan. Y los que hay suelen superar los 40.000 euros, al menos en Europa.

Aun así, a pesar de una franja de los encuestados que asegura no querer volver a comprar un coche eléctrico, hay margen para el optimismo. En general, los consumidores están algo más dispuestos a considerar los vehículos eléctricos que hace dos años.

Así, el 38% de los que no son propietarios de un eléctrico afirman que su próximo coche será un híbrido enchufable PHEV o un eléctrico de batería. En 2022, eran el  37%. Un punto porcentual no es mucho, pero sigue siendo una tendencia al alza.

Font, article de Daniel Murías per a "Motorpasión"

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