miércoles, 12 de junio de 2024

Matrículas opacas: las placas que están fuera del alcance de la DGT y dan impunidad total a los conductores

 


Actualmente el catálogo de matrículas de la DGT contiene más de 35 millones de referencias en activo, algunas de ellas con privilegios muy evidentes


En España hay actualmente más de 35 millones de vehículos, todos ellos tienen una característica común: están identificados por una placa de matrícula. La matrícula viene a ser como el DNI de los ciudadanos, que normalmente y salvo que haya una rematriculación acompaña a un automóvil durante toda su vida útil.

En España se llevan usando desde el año 1900, cuando se matriculó el primer vehículo en Palma de Mallorca, desde entonces y hasta han evolucionado en formato, básicamente para eliminar el distintivo geográfico y porque literalmente se han agotado las combinaciones.

Boquete legal a la DGT

Tradicionalmente la DGT se ha reservado determinadas matrículas por motivos oficiales o de seguridad, se trata de las conocidas como matrículas ocultas u opacas, un catalogo de matrículas cuya información está restringida y sobre la que apenas se conocen detalles pero cuyo uso ha abierto un boquete legal a la DGT.

Estas matrículas fueron muy habituales por motivos de seguridad durante la época de la lucha antiterrorista contra ETA, pues preservan la identidad de sus usuarios.

Sin rastros ni informes

Hay que tener en cuenta que con un simple número de matrícula cualquiera puede pedir un informe a Tráfico a través de la web de la DGT y obtener casi toda la información imaginable sobre su propietario, las posibles cargas del vehículo, la fecha de la matriculación, si está asegurado o tiene la ITV en vigor… información muy delicada en el caso de las fuerzas de seguridad y determinadas personas con especial relevancia pública.

Por descontado las matrículas de todos los coches oficiales que usan los coches oficiales y los escoltas pertenecen a este catálogo. Nos referimos por ejemplo a los coches oficiales que usa Pedro Sánchez y todo su equipo de Gobierno.

Esto otorga a sus chóferes un estatus de invisibilidad e impunidad casi absoluta frente a radares, semáforos y en general cualquier tipo de infracción en la que el chófer no es identificado al volante del vehículo. Lógicamente los chóferes van cambiando.

En este caso las infracciones son muy numerosas, pues habría que sumar también las de los coches de la policía secreta, el problema es que no hay forma legal de identificar al causante de la infracción.

Los intentos de la DGT

En la época de María Següi al frente de la DGT una instrucción pretendía obligar a que los mandos identificaran a los conductores responsables de la infracción en un plazo de 70 días, pero la realidad es que no llegó a cumplirse y a los 140 días las mismas acaban en la carpeta de pendientes de identificación, donde terminan por caducar.

Anteriormente los mandos se limitaban a justificar que el vehículo oficial se encontraba en misión oficial, sin más, desde un simple acompañamiento a un ministro hasta una persecución policial.

La intención de la DGT era que el mando al cargo del operativo tuviera que justificar la infracción con el motivo concreto que la había motivado, pero nunca llegó a llevarse a efecto, tal y como denunció la Asociación Reformista de Policías.

A día de hoy se calcula que hay unas 10.000 placas de estas características que otorgan total impunidad al conductor.


Font, article de Iván Mingo per a " El debate "



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