La presión urbanística y la explotación de recursos hídricos del subsuelo hace que buena parte de las principales ciudades chinas se estén hundiendo al menos 3 milímetros cada año.
CHAN LONG HEI / BLOOMBERGEl peso de los edificios y la extracción del agua del subsuelo son las principales causas del hundimiento
Las grandes ciudades chinas se hunden. La mitad de la superficie de las mayores urbes del país, en las que se concentra tres cuartas partes de su población urbana, pierde más de 3 milímetros de altura al año. En algunas regiones, el ritmo supera el centímetro anual. Este fenómeno, unido a unos océanos crecientes por el cambio climático, hará que una cuarta parte de las tierras costeras del gigante asiático se encuentren bajo el nivel del mar dentro de un siglo.
Este hundimiento progresivo —llamado subsidencia— lo ha detallado un amplio grupo de investigadores chinos en un estudio que publica este jueves la revista Science. Los científicos han visto que las tierras se hunden más o menos rápido en función de la composición geológica bajo la ciudad. La acción humana, mediante la urbanización y la extracción de agua del subsuelo, principalmente, terminan de explicar el decrecimiento del terreno.
La superficie recién edificada se hunde más deprisa que la que lleva ya años construida, y los edificios más pesados lo hacen más despacio, al estar anclados a capas más profundas del suelo. Además, allí donde los niveles de agua freática son menores (mayoritariamente por causas humanas), la subsidencia es mayor.
Los científicos advierten de que la pérdida de altura de las urbes chinas daña a los edificios y favorece las inundaciones de las zonas costeras. Por ello llaman a la colaboración entre políticos, científicos e ingenieros civiles para tomar medidas que prevengan el hundimiento y mitiguen sus consecuencias.
Detener la extracción de agua para frenar la subsidencia
La medida quizá más directa y efectiva es detener la extracción de aguas del subsuelo. Ciudades de Japón, Países Bajos o de la propia China son ejemplos de éxito en los que la gestión freática ha puesto freno a un fenómeno que es global. El 19% de la población mundial vive en zonas en riesgo de subsidencia, según un artículo de 2021 con participación española, pero China, y Asia en general, son especialmente propensas por la composición geológica de su subsuelo. En Europa, en cambio, el problema es menor.
El suelo bajo los edificios construidos recientemente se hunde más deprisa que bajo los antiguos.
PixabayPese a que el hundimiento del suelo se ha reportado en multitud de ciudades a lo largo y ancho del mundo, el estudio que publica hoy Science es el primero que analiza a la vez y con la misma metodología un conjunto amplio de núcleos urbanos. Los científicos han recopilado datos entre 2015 y 2022 para 82 urbes chinas: todas las que cuentan con más de dos millones de habitantes, todas las capitales de provincia y los principales núcleos industriales del país.
El 45% de la superficie de esas ciudades se hunde a un ritmo de más de 3 milímetros al año; el 16% lo hace a más de 1 centímetro anual. Estos ritmos de decrecimiento afectan al 29 y 7% de la población urbana china respectivamente, y ponen en riesgo a alrededor del 10% de la población costera del gigante asiático, que para 2120 vivirá por debajo del nivel del mar, con el consiguiente aumento de riesgo por inundación.
Satélites capaces de detectar variaciones de milímetros
El análisis se ha llevado a cabo desde el espacio, gracias al satélite Sentinel-1 de la Agencia Espacial Europea (ESA, por las siglas en inglés), que lleva equipado un dispositivo llamado InSAR. El aparato emite ondas de radar muy precisas, que combinadas con la tecnología GPS, permiten medir cambios minúsculos en la altura de la tierra. La misma tecnología se usa para medir la deformación del suelo en erupciones volcánicas y terremotos.
“Ambos sistemas nos ayudarán a desarrollar mejores estimaciones de lo que está ocurriendo a escalas amplias, incluso hasta a nivel global”, apunta en un correo a La Vanguardia Robert Nicholls, director del Centro Tyndall para la Investigación en Cambio Climático, que no ha participado en el estudio.
El experto apunta, en un análisis del tema que publica también Science, que el método empleado por los investigadores chinos permitirá entender las causas de la subsidencia a gran escala. Por ello será también clave para desarrollar respuestas frente al fenómeno, cuyas consecuencias dependen en buena parte del comportamiento humano.
Font, article de Marc Masip per a "La Vanguardia"
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