El cinturón de Kuiper clave para la ciencia
Este emocionante desarrollo para la ciencia proviene de estudios realizados en el Cinturón de Kuiper, una región más allá de la órbita de Plutón conocida por sus temperaturas extremadamente bajas y por albergar objetos celestes helados, incluidos planetas enanos como Eris y Makemake. Contra todas las expectativas, se ha descubierto que estos cuerpos celestes podrían albergar enormes océanos de agua líquida bajo sus superficies heladas.
Los investigadores, utilizando datos del Telescopio Espacial James Webb (JWST), han observado patrones de isótopos de metano que sugieren procesos de calentamiento interno en estos planetas enanos. «Entré en este proyecto con la expectativa de encontrar superficies antiguas pobladas por materiales heredados de la nebulosa solar primordial», comenta Christopher Glein, geoquímico planetario del Southwest Research Institute en Texas y uno de los principales investigadores del estudio. «Sin embargo, el JWST nos sorprendió. No solo encontramos metano, sino evidencias de procesos térmicos que lo producen desde dentro de estos cuerpos.»
Estos procesos térmicos indican que puede haber temperaturas elevadas en los núcleos rocosos de Eris y Makemake, suficientes para ‘cocinar’ metano y potencialmente también nitrógeno molecular (N2), como se observa en Eris. Estas condiciones podrían también sugerir la presencia de agua líquida bajo sus cortezas heladas, un requisito clave para la posible habitabilidad o al menos para la existencia de formas de vida extremófilas.
Los hallazgos para la ciencia, detallados en dos artículos publicados en la revista Icarus, no solo expanden nuestro entendimiento de dónde podría encontrarse agua en nuestro sistema solar, sino que también abren nuevas preguntas sobre la vida en el universo. Si Eris y Makemake, dos planetas enanos en una de las regiones más frías del sistema solar, pueden albergar agua líquida, ¿qué otros cuerpos celestes podrían esconder secretos similares bajo sus superficies?
Este descubrimiento para la ciencia también tiene implicaciones significativas para futuras misiones espaciales para la ciencia y para la astrobiología. Con cada nuevo hallazgo, la ciencia continúa empujando los límites de lo que se consideraba posible, desafiando nuestras percepciones preexistentes y abriendo nuevos caminos para la exploración y el entendimiento del cosmos.
La posibilidad de océanos en el Cinturón de Kuiper según la ciencia también sugiere que los modelos actuales sobre la formación planetaria y la distribución de agua en el sistema solar pueden necesitar ser revisados. Este tipo de investigaciones no solo ayuda a resolver los misterios de nuestro propio sistema solar, sino que también proporciona claves esenciales para entender cómo podrían formarse y evolucionar otros sistemas planetarios en el vasto universo.
La ciencia continúa revelando que el universo es mucho más intrigante y complejo de lo que se pensaba anteriormente. Cada nueva pieza del rompecabezas que se descubre añade profundidad a nuestra comprensión del cosmos y nos acerca un paso más a responder algunas de las preguntas más fundamentales sobre nuestra existencia y el espacio que nos rodea.
Font, article en "Diario de Avisos"
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