TESS, el cazador de exoplanetas de la NASA. imagen: archivo
Se trata de un hallazgo científico que es todo un misterio. Una situación aparentemente imposible que suscita teorías contrapuestas y debates aun sin resolver.
Las teorías detrás del descubrimiento
Los científicos reconocen que el descubrimiento del planeta 8 Ursae Minoris b, aparentemente imposible, demuestra que la formación y la destrucción de planetas es "más compleja e impredecible" de lo que se pensaba.
A medida que estrellas se acercan al final de sus vidas, comienzan a agotar su combustible nuclear. Así, "se convierten en gigantes rojos y se expanden hasta su tamaño máximo". Sin embargo, si eso hubiera sucedido, "la estrella habría crecido aproximadamente tres cuartos de la distancia entre la Tierra y el Sol" y "se habría tragado y destruido cualquier planeta cercano en órbita en el proceso", explican.
Sin embargo, el "planeta b" se encuentra a "aproximadamente 0,5 unidades astronómicas, o AU". Frente a este dato, el astrónomo Marc Hon sostiene que "el planeta es realmente el sobreviviente de una fusión entre dos estrellas, o es un planeta nuevo, formado de los escombros que dejó esa fusión".
Font, article de "El Cronista"
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