El mercado de automóviles nuevos cuenta, en la actualidad, con numerosas opciones tanto a nivel de carrocería como a nivel mecánico. Como es lógico pensar, algunas opciones resultan más asequibles que otras, pero lo cierto es que no todos los usuarios y compradores valoran el total de los gastos que se asocian a la propiedad y a la utilización de un coche. Entonces, ¿cuál es la clase opción ideal si queremos gastar lo menos posible durante la vida útil de nuestro coche nuevo?
A día de hoy es posible encontrar opciones mecánicas de todo tipo: gasolina, diésel, híbridos, eléctricos... incluso coches equipados con pila de combustible. No podemos olvidarnos tampoco de las opciones de tipo bifuel, aquellas que son capaces de utilizar dos tipos de combustible diferentes de manera indistinta, sin que ello suponga una modificación o un cambio sustancial en las prestaciones o en el funcionamiento del motor.
Algunas de esas tecnologías llevan aparejadas una serie de sobrecostes asociados a su adquisición, mientras que en otras tecnologías ese sobrecoste lo asume el usuario a lo largo de la vida útil del coche. ¿Cuál es entonces la tecnología que, en resumen, resulta más barata de utilizar? La Organización de Consumidores y Usuarios -más conocida como OCU- ha elaborado un informe en el que se desgrana cuáles son las tecnologías más baratas de utilizar en nuestros coches, cuáles son las más caras y cuánto se tardan en amortizar.
Qué tecnología se amortiza antes?
Según las conclusiones del estudio, el motor de gasolina es la tecnología más costosa a largo plazo. En cuanto a los vehículos híbridos no enchufables, se requeriría recorrer 110.000 kilómetros para amortizar el sobreprecio inicial. En cambio, los híbridos enchufables solo necesitarían 70.000 kilómetros, siempre y cuando se tenga acceso a un cargador doméstico para aprovechar el precio de la electricidad utilizado en el estudio de la OCU, ya que los cargadores públicos tienen un precio más elevado por kWh.
Por tanto, la opción bifuel de gasolina y GLP resulta ser la alternativa más económica, ya que el sobrecoste inicial se amortiza después de recorrer solo 20.000 kilómetros. Como puntualización, los coches eléctricos e híbridos enchufables pueden beneficiarse en la actualidad de algunas ayudas en el precio final, que reducen significativamente la distancia a recorrer para amortizar el sobrepeso. En caso de aplicar todas las ayudas disponibles, la distancia a recorrer se reduce a 30.000 km en el caso de los eléctricos y a 25.000 km en los coches híbridos enchufables.
Font, extracte del article de Daniel Valdivielso per a "Diariomotor"
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