Un octogenario ha creado un sistema que hace que el mástil de una turbina eólica no sea necesario, lo que permite colocarse en el balcón
Los aerogeneradores se han convertido en una pieza clave de la revolución energética en España, siendo una alternativa para ahorrar en las facturas. Gracias a los avances en tecnología estos molinos eólicos han experimentado una notable evolución en los últimos años con modelos de todo tipo, como uno capaz de producir electricidad cuando no hay viento u otro que logra el doble de energía al saber cómo sopla el aire. La última gran innovación en este sector viene de la mano de un inventor de 88 años que ha creado un aerogenerador de balcón.
Robert Cassegrain, un ciudadano francés de 88 años residente en Le Perreux-sur-Marne, en Valle del Marne (Francia), ha fabricado un aerogenerador de balcón con el que ha ganado la medalla de plata en el prestigioso concurso francés Lépine 2023, que supone la cita anual de los inventores del país galo. Un producto totalmente innovador teniendo en cuenta que los molinos eólicos domésticos están diseñados para colocarse en el techo de una vivienda con el objetivo de aprovechar la altura para capturar el viento y convertirlo en energía; o en el jardín, en el caso de contar con el espacio suficiente
Hasta ahora, colocar un aerogenerador en el balcón de una casa parecía una tarea muy complicada. Esto se debe a que estas máquinas requieren de ciertas condiciones óptimas para funcionar de manera eficiente y los balcones, por lo general, no las ofrecen, ya que algunos no poseen la altura suficiente para capturar vientos consistentes y sin obstáculos, o ni siquiera tienen el espacio suficiente. Incluso pueden plantear problemas de seguridad y de cumplimientos de normas; pero este nuevo sistema acaba con todos estos inconvenientes.
Inventor de pura cepa
Robert Cassegrain es un inventor francés que cuenta con su propio negocio y, en su tiempo libre y en el jardín de su casa, aprovecha para inventar una gran variedad de herramientas originales que faciliten la vida cotidiana. Ya de joven, e inspirándose en la profesión de su madre, en una charcutería, creó un molde para simplificar la elaboración del jamón au torchon, que es una técnica francesa similar al jamón cocido en la que se hace uso de un trapo para envolver el alimento cocinado.
Vendí 3.000 unidades a Paul Prédault, una empresa especializada. Luego se extendió su uso", ha indicado el propio Robert Cassegrain al medio francés Citoyens. Con el paso de los años llegó a crear desde "una pala que se puede levantar con menos esfuerzo hasta un rastrillo que permite sembrar plantones muy rectas". A sus 88 años de edad este ciudadano francés ha vuelto a dar rienda suelta a su imaginación y sorprende con un ingenioso aerogenerador de balcón que le valió una medalla en el concurso de inventores.
Una idea revolucionaria que le vino cuando estaba limpiando en casa. "Tengo uno de esos paneles publicitarios que se mueven con el viento y, al pasarlo cerca de una mesa, me di cuenta de que cogía más velocidad", ha confesado el inventor. Una observación que se transformó en aplicación en la mente creativa de Robert Cassegrain, que vio en ello la ocasión ideal para pensar en un nuevo sistema para aprovechar la energía eólica.
Con un deflector, puedes dirigir el viento hacia el rotor del aerogenerador. Con este invento no hace falta mástil. Así que puedes, por ejemplo, instalarlo en el balcón de un piso", ha indicado Cassegrain. Para ilustrar el funcionamiento de este mecanismo, este inventor utilizó un modelo a escala con fines demostrativos. Con un ventilador hizo girar la hélice de la turbina a 20 revoluciones por minuto, pero cuando subió por la chapa metálica utilizada como deflector, la velocidad se multiplicó por tres.
Cassegrain, que tras el negocio de la charcutería convirtió su fábrica en salones de recepción donde ofrece catering para bautizos, bodas y cumpleaños, y que a pesar de su edad regenta varios restaurantes, ha asegurado que este sistema lo ha utilizado para calentar su oficina y un vestíbulo. Incluso ha apuntado que su dispositivo "está conectado a cuatro baterías de 12 voltios, pudiendo producir de 2 a 4 kilovatios".
Objetivo: industrializar
Robert Cassegrain, quien describe a su aerogenerador como un dispositivo de terraza de compresión de viento, presentó un modelo de tamaño reducido en el prestigioso concurso de Lépine en París. Un prototipo que era de tamaño reducido, pero que, si se industrializara, "sería cuatro veces más grande".
A sus 88 años de edad, el creador de este ingenioso aerogenerador de balcón espera vender su patente, ya que no se ve montando una fábrica e iniciando la producción. Sin embargo, ha confesado que un empresario ya le ha manifestado su interés por este producto.
Lo que queda claro una vez más es que la edad no es un impedimento para dar rienda suelta a la imaginación para crear ingeniosos inventos. Por ejemplo, anteriormente también se dio el caso de un jubilado de 92 años que creó un enorme aerogenerador que produce el triple de energía, otro que fabricó una mini central hidroeléctrica en su casa para dar luz gratis a su barrio y uno de 83 años que ideó un motor solar para tener energía en cualquier parte.
Font, article de Nacho Castañón per a "El Español"
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