China se ha convertido por méritos propios en la gran referencia en cuanto a desarrollo, producción y ventas de coches eléctricos. Las razones son variadas, pero hay una por encima de todas que explica el fulgurante éxito en el mayor mercado automovilístico del mundo, que camina rápidamente para transformar su parque móvil. Y la explicación es el bajo coste, tanto de compra como de la energía.
El ahorro es una de las principales motivaciones a la hora de cambiarse a un coche eléctrico. Aquí y en China. Pero la cuestión es que el mercado del gigante asiático ha logrado solventar uno de los principales retos que tiene Europa por delante, el precio de los vehículos.
Allí podemos encontrar modelos medios por menos de 15.000 euros, con múltiples propuestas por debajo de los 10.000 euros, y también alternativas premium a la altura de los grandes SUV y berlinas europeas.
Esta es otra de las claves. La variedad. La tercera es el bajo coste operativo. En Pekín, un litro de gasolina es bastante más barato que en Europa, en torno a 1 euro el litro de Súper 95. Pero la electricidad es muchísimo más económica, con tarifas de 0.40 yuanes el kWh, que al cambio son apenas 5 céntimos de euro el kWh.
Gracias a esto, un conductor con un coche dotado de una autonomía real de 400 km pagará solamente 2.5 euros, o 62 céntimos de euro cada 100 km.
Frente a esto, tenemos los modelos gasolina, que con una tarifa de 1 euro el litro, y un consumo medio real de 6 litros a los 100 km, supone 6 euros cada 100 km, o 24 euros esos mismos 400 km. Casi 10 veces más, y que debe sumar los costes operativos de un motor de combustión.
Esto ha transformado totalmente el panorama, y ha dado la vuelta a una tortilla que antes decía que solo los ricos se compraban coches eléctricos, mientras que ahora esta es la opción más económica, tanto en el precio de venta como con mucha diferencia, en los costes operativos.
Las preguntas que nos hacemos en Europa
A la vista del hito logrado por China, nos preguntamos, ¿por qué los coches eléctricos son más para los ricos en nuestro país cuando los políticos quieren que los compremos? Además, con los nuevos aranceles, no podremos exportar coches de combustión premium a China, ya que preparan la subida de impuestos de entrada en respuesta.
La otra pregunta es por qué la electricidad es tres o cuatro veces más barata en China que en mercados como España, con fuerte presencia de renovables, y entre 6 y 8 veces más barata que en Alemania, prisionera de su nefasta política energética pasada.
Esto nos lleva a pensar que desde Bruselas, y desde la mayor parte de los gobiernos centrales, no se ha tomado la cuestión de la transformación energética del transporte con la seriedad necesaria, o simplemente los políticos no tienen la visión y se centran en otros temas.
Por lo tanto, los gobiernos centrales y la UE deberían ponerse manos a la obra para que Europa tenga acceso a una electricidad barata, que permita aumentar el atractivo de los vehículos eléctricos, tanto particulares como industriales, así como aumentar el atractivo de los sistemas de climatización eléctricos en lugar del gas.
También optar por sistemas de incentivos a la compra mediante deducciones fiscales, como ha hecho China, eliminando o reduciendo el IVA, además de permitir a cada país ofrecer incentivos adicionales si su economía le permite. Un formato mucho más efectivo y eficiente que los programas como nuestro infame MOVES III, que se ha convertido en una enorme losa para el sector.
Con estas medidas se lograría poner en marcha la rueda de las ventas, lo que a su vez arrastrará la inversión en sectores clave, como la red de carga pública, que crecerá según lo hagan las matriculaciones, y que también tendrá sus efectos en la producción de coches dentro de la UE, así como la expansión y la importancia de las energías renovables, una fuente de creación de puestos de trabajo para Europa.
¿Pero qué hace Europa? Poner aranceles para que no entren coches eléctricos baratos. Pero los chinos lograrán seguir bajando sus costes, y estarán todavía más motivados por estos impuestos adicionales para seguir incrementando su enorme diferencia con unos grupos europeos que a este paso pasarán a la total irrelevancia.
Font, article de Carlos Noya per a "Forococheseléctricos"
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