miércoles, 4 de septiembre de 2024

268 aterrizajes y un fallo: la pérdida de la etapa B1062 del Falcon 9

 

Los últimos momentos de la etapa B1062 al aterrizar el 28 de agosto (SpaceX)

A pesar de seguir siendo con diferencia el lanzador en servicio con la mayor cadencia de vuelos y la mayor fiabilidad, el Falcon 9 de SpaceX ha sufrido dos incidentes en el plazo de unos meses. Primero, el pasado 12 de julio la segunda etapa del Falcon 9 que lanzó la misión Starlink 9-3 falló antes del segundo encendido y, como resultado, se perdió su carga útil por quedar situada en una órbita más baja de lo previsto. Se trataba del primer fallo de un Falcon 9 desde 2016 y, en ese periodo, el lanzador había efectuado 334 misiones seguidas con éxito. La FAA inició una investigación y, tras implementar una solución relativamente provisional, 16 días más tarde, el 27 de julio, el Falcon 9 voló de nuevo sin problemas. Pero la estadística y SpaceX han vuelto a tener un encontronazo. El 28 de agosto de 2024 a las 06:54 UTC despegaba la misión Starlink 8-6 desde la rampa SLC-40 de Florida. Era la 13ª misión tras el fallo del 12 de julio y el 83º lanzamiento orbital de SpaceX en 2024, unas cifras que sirven como testimonio del frenético ritmo de lanzamientos del Falcon 9 en este año.

Los 21 satélites Starlink v2 Mini —13 de los cuales eran del tipo D2C (direct to cell)— fueron situados correctamente en su órbita de unos 290 kilómetros de altitud y 53,2º de inclinación. Sin embargo, la primera etapa B1062 resultó destruida durante el aterrizaje. La etapa efectuaba su 23ª misión y su 23º aterrizaje, todo un récord absoluto. Aunque logró posarse correctamente en la barcaza ASOG (A Shortfall of Gravitas) 8 minutos y 20 segundos después del despegue, inmediatamente se pudieron ver llamas en la base de la etapa. Poco después cedió una de las patas del tren de aterrizaje y la B1062 cayó de lado, explotando sobre la barcaza. Al igual que en el fallo del 12 de julio, el incidente ha roto una larga racha de éxitos de SpaceX, pues la empresa había conseguido 267 aterrizajes con éxito seguidos de una primera etapa de un total de 341 aterrizajes exitosos.

Efectivamente, hay que remontarse a hace tres años, el 16 de febrero de 2021, para encontrar el anterior fallo de una primera etapa de un Falcon 9 al aterrizar. En aquella ocasión fue la B1059, que no consiguió aterrizar con éxito en la barcaza OCISLY en su sexta misión por culpa de un agujero en una de las cubiertas de los nueve motores Merlin 1D. Bien es cierto que en diciembre de 2023 la etapa B1053 se perdió en el océano por culpa del mal tiempo, pero previamente había aterrizado perfectamente en la barcaza JRTI. ¿Qué tienen en común estos fallos? Que tanto en 2021 como en 2024 el Falcon 9 sigue siendo el único lanzador en servicio con una primera etapa reutilizable, con un total de 341 aterrizajes sin fallos.

La consecuencia más sorprendente de la pérdida de la etapa B1062 es que la FAA (Federal Aviation Administration) ha vuelto a parar temporalmente los lanzamientos del Falcon 9. En principio, la decisión parece no tener mucho sentido, pues si la misión hubiese usado una etapa desechable como el resto de lanzadores orbitales, o como en los lanzamientos en los que SpaceX desecha sus etapas, la FAA no habría tenido nada que objetar. Desde el punto de vista de la FAA el asunto tiene más sentido porque se trata de un vehículo espacial que no ha cumplido con su misión como estaba planeado y, por tanto, la administración debe asegurarse de que el fallo no pondrá en peligro a nadie en el futuro. De todas formas, al producirse el incidente en alta mar, lejos de cualquier persona o propiedad susceptible de ser dañada —dejando a un lado la barcaza ASOG, claro— lo cierto es que el asunto no hay por dónde cogerlo.

En realidad, este comportamiento aparentemente extraño de la FAA se debe a una nueva serie de reglas introducidas en 2021, precisamente con el objetivo de flexibilizar los requisitos impuestos por la administración a empresas de lanzamiento como SpaceX. Paradójicamente, al tener en cuenta la existencia de cohetes reutilizables, la FAA considera ahora el fallo de una etapa durante un aterrizaje como un incidente. Y siempre que hay un incidente en un lanzamiento hay que llevar a cabo una investigación, aunque sea relativamente rápida y sin consecuencias. Como ya ocurrió con el lanzamiento del 12 de julio, para cualquier otro lanzador esta investigación, que se supone muy rápida, no habría tenido muchas consecuencias, pero para un vector con un ritmo de lanzamientos tan endiablado, las cosas cambian. El parón ordenado por la FAA ha afectado, por supuesto, a lanzamientos de Starlink y a la misión Polaris Dawn, aunque esta última había sido previamente retrasada por otros motivos, siendo el último de los cuales el mal tiempo en las zonas de amerizaje. Oficialmente, la decisión de la FAA no ha afectado a esta misión por el momento.

Mientras la FAA decide cómo salir del atolladero en el que ella misma se ha metido, los restos de la etapa B1062 ya han llegado a puerto, por lo que SpaceX tendrá más fácil saber qué pasó con el veterano booster. Pese a todo, la empresa sigue empeñada en establecer este año un nuevo récord de lanzamientos de cohetes Falcon.

Actualización 31 de agosto: el parón de la FAA apenas ha durado. El Falcon 9 volvió a la carga con dos lanzamientos con una hora de diferencia desde Florida (Starlink 8-10) y Vandenberg (Starlink 8-5). 42 nuevos Starlink en órbita. Se trata de un nuevo récord de menos tiempo entre lanzamientos: 1 hora y 5 minutos (el récord anterior era de 1 hora y 51 minutos.

Font, article en el blog de Daniel Marín .

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