domingo, 15 de septiembre de 2024

Europa, cada vez más lejos del coche eléctrico y más cerca de replantearse la prohibición del año 2035

 


La cautela se apodera de la industria del coche eléctrico en Europa. Las principales marcas están dando pasos atrás en sus planes de electrificación y los políticos podrían estar reconsiderando sus posturas de cara al 2035.

La desaceleración de la demanda que está sufriendo el mercado de los coches eléctricos en Europa está planteando multitud de retos a los fabricantes y a los políticos europeos. Una situación que, a buen seguro, aprovecharán las marcas chinas para ganar terreno en nuestro territorio, a pesar de los aranceles que la Comisión Europea intenta imponerles de forma definitiva.

La gran mayoría de principales marcas occidentales, aparte de las coreanas y japonesas, han mostrado sus intenciones de reconsiderar sus estrategias de electrificación de aquí al final de la década: Volvo, Mercedes, Porsche, Ford, Hyundai, Toyota, Volkswagen… incluso esta última se puede plantear el cierre de fábricas en Alemania.

Y es que, tampoco lo olvidemos, no solo las ventas de coches eléctricos están sufriendo un retroceso en los últimos meses (un 10% menos en julio), sino que el mercado automovilístico europeo en general parece haber tocado techo y no consigue recuperar las cifras pre pandemia. Un efecto que también está golpeando a la rentabilidad de los vehículos convencionales y, en consecuencia, a las arcas de los fabricantes.

Europa parece estar «ganando tiempo» en la carrera por el coche eléctrico, mientras apuesta en el corto y medio plazo por una tecnología puente, como la del coche híbrido enchufable, y mientras conservan sus planes de seguir con los motores de combustión más allá del 2030. Los motivos de la caída de ventas de vehículos eléctricos parecen claros: por un lado, la ausencia de modelos baratos, algo que parece que se irá corrigiendo en los próximos años, pero elevados cuyos costes de producción siguen siendo un obstáculo. Por el FIAT 500 (eléctrico), por ejemplo, hay que pagar casi 35.000 euros cuando históricamente ha sido un símbolo entre los vehículos asequibles.

Y por otro lado, la eliminación de los incentivos estatales en mercados tan importantes como el alemán, aunque está corrigiendo recientemente su postura. El desplome de las ventas de coches eléctricos en Alemania (un 37% menos) ha sacudido la industria, e incluso ha provocado que los políticos se muestren más cautelosos. Se sabía que el camino iba a ser tortuoso, pero no pensábamos que a las primeras de cambio tantos actores principales se echasen atrás.

«En Europa estamos perdiendo ventajas de costes cada vez más rápido. El resultado será que China seguirá ampliando sus ventajas competitivas naturales en vehículos eléctricos y las estructuras de costes en Europa seguirán quedándose atrás», reconoce Ferdinand Dudenhöffer, director del Centro de Investigación Automotriz CAR en Bochum. La falta de planificación en las marcas está en el punto de mira: «Al establecer objetivos para los vehículos eléctricos, los fabricantes de automóviles no consideraron lo suficiente los precios que la gente estaría dispuesta a pagar por ellos y no se aseguraron lo suficiente de que fueran rentables», reconoce Wolfgang Bernhart, socio principal de la consultora Roland Berger.

Por este motivo, en la industria ya empiezan a correr como la pólvora los rumores de que la fecha de prohibición de los motores de combustión en Europa para el 2035 podría sufrir alguna alteración, o al menos que las posturas se suavicen. Se espera que los ambiciosos objetivos climáticos de la UE vuelvan a debatirse y reevaluarse para el 2026. Italia, recientemente, ya está presionando para que esto suceda.

Font, article de Adrián Lois per a "Forococheseléctricos"


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