lunes, 9 de septiembre de 2024

El creador de los primeros humanos modificados genéticamente lanza un desafío

 


Jiankui He considera que se trata de "uno de los avances médicos más importantes de la historia" y que debería aparecer en las publicaciones de más prestigio. El resto de la comunidad científica no está de acuerdo


Jiankui He, el biofísico e investigador especializado en edición genética ha vuelto a agitar el avispero al insistir, en sus redes sociales, que sólo quiere publicar su trabajo si se reconoce como uno de los avances más importantes de la historia. En su investigación, modificó genéticamente a dos bebés (apodadas Lulu y Nana) para tratar de hacerlas resistentes al SIDA. Para ello, empleó la técnica genética CRISPR-Cas9, que permite “cortar y pegar” piezas de ADN en células vivas. Ahora bien, genetistas de todo el mundo lo tienen claro: Ni es ningún avance científico, ni merece ningún honor. Se trata de una de las mayores irresponsabilidades del siglo XXI.

Un cambio de paradigma en el ser humano

En 2018 la comunidad científica se hacía eco de una noticia aterradora. Durante la Segunda Cumbre Internacional sobre Edición del Genoma Humano celebrada en Hong Kong, Jiankui He, dejó entrever que había modificado genéticamente dos embriones humanos. No contento con ello, el científico afirmó que los había introducido, mediante una técnica de fecundación in-vitro, en el útero de una madre y había dejado que se desarrollaran por completo. Es decir, este científico había creado los primeros humanos modificados genéticamente.

El propósito de la investigación parecía noble: conseguir que los bebés fuesen resistentes al SIDA eliminando de su genoma CCR5, la proteína que emplea el virus del VIH para entrar en el organismo. Según parece, tanto el padre como la madre de las criaturas estaban afectados por esta enfermedad, por lo que accedieron a realizar las investigaciones con Jiankui. Ahora bien: “el fin justifica los medios” es una frase muy peligrosa, especialmente cuando el tema es modificar la genética humana. Al realizar dicha investigación, Jiankui He también había alterado para siempre la vida de dos bebés, así como la de su posible descendencia.

Por ello, expertos en bioética y genetistas de todo el mundo condenaron la absoluta falta de ética de la investigación de Jiankui He. El gobierno chino no tardó en responder y, un año después de que se diera a conocer el experimento, sentenció al investigador a 3 años de prisión. Ahora bien, transcurrido ese tiempo, Jiankui He ha salido de la cárcel y sigue mostrando una clara intención de continuar con sus investigaciones.

Un dilema interesante

Ninguna revista científica de renombre va a permitir que ese artículo de investigación manche sus páginas, como ya aseguraron en 2018. Ni siquiera Bioarxiv, un repositorio donde se suben artículos que no han pasado una revisión tan exhaustiva como en el resto de revistas, aceptó el trabajo. Richard Sever, uno de sus editores, comentó en Twitter que había ciertas líneas que jamás se debían cruzar, especialmente cuando se trataba de experimentación humana.

En su tuit se puede leer: “¿De verdad queréis esto? -Dr. Mengele, muchas gracias por su envío, su artículo estará online en breve” Haciendo referencia al doctor Nazi que experimentaba con humanos en los campos de concentración.

Uno de los principales problemas del experimento llevado a cabo por Jiankiu es que CRISPR no siempre edita el genoma en el lugar deseado. Como cualquier proceso biológico, tiene un porcentaje de error que puede dar lugar a ediciones genéticas inesperadas. En otras palabras, si el proceso no fuese perfecto, Nana y Lulu podrían sufrir una enfermedad genética incurable, tener más probabilidades de padecer cáncer a lo largo de su vida, o directamente, morir por causa desconocida.

Ahora bien, muchos investigadores consideran que, como el daño ya está hecho, al menos que se compartan los resultados. Al fin y al cabo, se trata de los primeros humanos vivos que fueron modificados genéticamente durante sus estadios más tempranos del desarrollo.

La continuación de la historia

Como ya hemos explicado al principio del artículo, Jiankiu He ha comentado varias veces que su intención es seguir investigando en la edición genética humana. Su idea es tratar de encontrar curas a enfermedades genéticas que actualmente carecen de tratamiento, y, para ello, quiere seguir modificando genes. De nuevo, el resto de la comunidad científica no comprende cómo se le permite seguir investigando, puesto que ya ha demostrado ser una persona sin sentido de la responsabilidad.

Poco más se sabe de las víctimas de esta historia, Nana y Lulu. En la actualidad, tanto su verdadera identidad como su paradero son dos de los secretos mejor guardados de China. A día de hoy, las gemelas ya habrán cumplido 6 años y, probablemente, vayan a comenzar en la escuela con otros niños de su edad. Eso sí, al contrario que los otros niños, Lulu y Nana estarán marcadas para siempre por los delirios de grandeza de un investigador sin escrúpulos.


Font, article de Daniel Pellicer Roig per a "National Geographic"

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