Un enorme cráter de casi un kilómetro de ancho, ubicado en Batagay, está creciendo cada vez más debido al rápido deshielo del permafrost.
En la fría Rusia, en plena región de Siberia, encontramos otro enorme cráter que, según los expertos, no para de crecer con el paso de los años. Se trata del cráter de Batagaika, una gran depresión en los alrededores de la ciudad de Batagay, que alcanza ya los 990 metros de ancho. Y creciendo, cada vez, a un ritmo mayor. Un enorme cráter en el permafrost ruso que crece a ritmo de casi un millón de metros cúbicos al año, a medida que la superficie helada se derrite.
El cráter consta de un acantilado con forma redonda que fue avistado por primera vez a través de imágenes por satélite, en el año 1991. Ocurrió después de que una sección de la ladera colapsara en las tierras altas de Yana, al norte de la región de Sajá (también conocida como Yakutia). Un hecho que puso de manifiesto la existencia de capas de permafrost en la ladera, que ha permanecido congelado durante unos 650.000 años.
Se trata del permafrost más antiguo de Siberia y el segundo de todo el mundo, solo por detrás del de Yukón (Canadá), con 740.000 años. Pero ahora, de acuerdo con un nuevo estudio, la pared principal de este acantilado de Batagay está retrocediendo a un ritmo de unos 12 metros al año debido al deshielo. Mientras tanto, la sección colapsada, que cayó a unos 55 metros por debajo del muro frontal, también se derrite. Y no solo eso, sino que se está hundiendo.
“Las características del deshielo rápido del permafrost están muy extendidas y se observa que aumentan en el terreno de permafrost rico en hielo del Ártico y el subártico”, dijo el equipo de investigación, en un estudio publicado a finales de marzo en la revista Geomorphology. Sin embargo, apuntan, la cantidad de hielo y sedimentos perdidos en las ‘Puertas del Infierno’ es “excepcionalmente alta”, debido a su gran tamaño, que en 2023 era de 990 metros de ancho.
Casi una década antes, en 2014, su extensión era de 790 metros de ancho, 200 menos que ahora. Si bien los expertos ya sabían que estaba creciendo, hasta ahora no han podido determinar la cantidad de volumen de material fundido que brota del cráter. Y gracias al empleo de imágenes satélite, mediciones de campo y pruebas de laboratorio, han comprobado que la cantidad de hielo y sedimento derretido desde el colapso equivale a unas 14 veces el de las grandes pirámides de Giza.
Y aunque el ritmo de derretimiento se ha mantenido estable en la última década, produciéndose especialmente en la pared de la cabecera, los bordes oeste, sur y sureste del cráter, el final parece más cercano. Dentro del cráter hay apenas unos metros de espesor de permafrost, por lo que “la posibilidad de seguir profundizando prácticamente ya se ha agotado debido a la geología del lecho rocoso subyacente”.
Font, article de Raúl Izquierdo per a "Diario AS"
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