China ha construido la primera estación de almacenamiento energético estacionario a gran escala con baterías de iones de sodio, una tecnología que promete revolucionar la industria gracias a su bajo coste y a su reducida huella de carbono, dos puntos que ayudarán a reforzar un sector clave para la expansión de las energías renovables.
Situadas en Nanning (Guangxi), las instalaciones tienen una capacidad de 10 MWh y son operadas por China Southern Power Grid Energy Storage, la división de almacenamiento energético de China Southern Power Grid. En fases futuras del proyecto, se prevé que el parque ronde los 100 MWh, lo que permitirá proporcionar energía verde a unos 35.000 clientes. Esto se traducirá en una reducción de emisiones de dióxido de carbono de aproximadamente 50.000 toneladas.
Según explica Chen Man, experto técnico de China Southern Power Grid, la ventaja de las baterías de sodio a nivel de costes cuando se utilizan en aplicaciones a gran escala ronda el 20-30%. Además, las materias primas necesarias para su fabricación son abundantes, fáciles de extraer y notablemente más baratas.
En Europa también hay actores que están comenzando a apostar por las baterías de sodio para aplicaciones de este tipo. Este es el caso de la sueca Northvolt, cuya primera generación de baterías de sodio, para las que anuncia una densidad energética de 160 Wh/kg, están dirigidas al almacenamiento energético estacionario.
Las baterías de iones de sodio son más sostenibles y asequibles que las de litio
Las baterías de sodio de Northvolt prescinden de materiales como el cobalto, el níquel, el cobre y el grafito. La empresa afirma que su huella de carbono es de 10-20 kg de CO2/kWh, frente a los 100-150 kg/kWh de las LFP (litio-ferrofosfato); por otro lado, también resultan más sencillas de reciclar, motivo por el que muchos las consideran «las baterías más sostenibles del mundo.
El sodio es de por sí más barato que el litio, y su precio es menos sensible a las fluctuaciones del mercado. BloombergNEF estima que estas baterías podrían llegar a costar la mitad que las LFP, mientras que CATL calcula que a medio plazo alcanzarán un coste de unos 40 dólares/kWh.
A todo esto tendríamos que sumar que su rendimiento a baja temperatura es muy superior y que disfrutan de unas mayores tasas de carga. A cambio, su densidad energética todavía se sitúa por detrás de la ofrecida por las baterías de litio.
Font, de Alber Callejo per a "Foro coches eléctricos"
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