Unos arqueólogos descubrieron tres extraordinarias tumbas de estilo residencial de 1.800 años de antigüedad, con habitaciones y ventanas, en las que descansaba una antigua familia china junto a sus preciadas posesiones.
Mientras preparaban la ampliación de un parque local en Rizhao (China), los arqueólogos se toparon con las tumbas, que datan de la dinastía Han. Sin embargo, no fueron los primeros en encontrarlas, ya que unos saqueadores habían descubierto al menos parte de ellas en algún momento y habían arrasado dos de las tumbas, dejando la tercera relativamente intacta.
Según una declaración del Instituto de Arqueología de la Academia China de Ciencias Sociales y recogida por el Miami Herald, lo que hace que las tumbas sean tan fascinantes -aparte de los 70 objetos que constituyen un tesoro familiar localizados en la tercera tumba- es el diseño residencial.
Dos de las tumbas contenían inscripciones del apellido Huan, lo que demuestra la clara conexión familiar entre ellas. Los expertos afirman que las tumbas, a las que se accede a través de pasadizos, comparten un diseño similar. La tumba más intacta, conocida como M3, incluye habitaciones interconectadas con ventanas y puertas de madera, lo que indica que pudo ser el lugar de descanso final de una pareja casada.
En la excavación de Rizhao, a unos 400 kilómetros de Pekín, se encontraron más de 70 objetos, desde una espada de hierro hasta espejos de bronce y una gran variedad de cerámicas. Según los arqueólogos, es probable que constituyeran el tesoro de la familia.
En un descubrimiento claramente inusual, el equipo también localizó piezas de un carro de ataúd, que se utilizaba para transportar los féretros a la tumba. Los arqueólogos lo describieron como "exquisitamente elaborado y un hallazgo poco común".
El descubrimiento de tumbas antiguas en China arroja luz sobre las prácticas culturales de épocas pasadas. Un hallazgo reciente de la segunda dinastía Jin, de unos 800 años de antigüedad, aporta pruebas de la influencia no china en el tapiz cultural de la provincia de Shanxi.
Ese descubrimiento, que también era un conjunto de tres tumbas, mostraba que cada una tenía sus propias características y estilo, desde el diseño arquitectónico hasta los murales. Los arcos, puertas y ventanas tallados en ladrillo tenían un gran protagonismo, y los murales presentaban motivos florales y figuras. Cada tumba contaba su propia historia con epitafios e inscripciones que enlazaban información histórica y geográfica clave en la época.
Font, article de Tim Newcomb per a "Esquire"
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