jueves, 23 de mayo de 2024

Seis meses después, la sonda Voyager 1 vuelve a mandar datos científicos. La NASA completa un rescate histórico

 

  • La sonda espacial Voyager 1 había dejado de enviar datos legibles en noviembre de 2023

  • La NASA ha tenido que combinar la potencia de sus antenas para comunicarse con la vieja nave

En esta foto, publicada hace unos días por la NASA, se ven las seis antenas de la Red del Espacio Profundo de Madrid orientadas hacia la sonda espacial Voyager 1. La NASA acaba de confirmar que ha recibido nuevos datos científicos de la sonda después de meses de ruido ilegible.

Seis antenas trabajando en conjunto. La Voyager 1 se encuentra a más de 24.000 millones de kilómetros de la Tierra, una distancia que las ondas electromagnéticas tardan cerca de un día en recorrer. A medida que la sonda se interna en el espacio interestelar, la NASA ha tenido que combinar la potencia de sus antenas para comunicarse con ella.

Con antenas de 70 y 34 metros de diámetro en Madrid, Goldstone y Canberra funcionando como una sola, la Red del Espacio Profundo de la NASA ha empezado a recibir nuevos datos científicos de la Voyager a velocidades de 160 bits por segundo.

La NASA logra lo imposible. La sonda espacial Voyager 1 dejó de enviar datos legibles en noviembre de 2023. Con la distancia y la antigüedad de la misión jugando en contra, los ingenieros de la NASA lograron localizar la causa del problema en un chip de memoria deteriorado que había corrompido parte del código del subsistema de datos de vuelo.

Como solución, el equipo decidió colocar el código afectado en otra ubicación de memoria. Pero la nave apenas tenía unos kilobytes de almacenamiento y ninguna ubicación era lo suficientemente grande para contener el código fuente al completo, así que lo dividieron en secciones y cambiaron las ubicaciones a las que apuntaba el código.

Actualización de software completada. Después de restablecer el envío de datos de ingeniería en abril, la NASA ha completado la actualización de software que permite a la Voyager 1 retomar el envío de datos científicos. Toda una demostración de cariño por la misión y de paciencia, ya que cada comando tarda 22,5 horas en llegar a la sonda.

Tanto la Voyager 1 como su hermana gemela Voyager 2, lanzadas en 1977, siguen recogiendo datos valiosos sobre el plasma interestelar y la heliopausa, la región donde el viento solar se encuentra con el medio interestelar y deja de ser dominante.

Font, article de Matías S. Zavia per a "Xakata"

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