miércoles, 6 de diciembre de 2023

El mito del oro español podría ser verdad: más de 30 toneladas bajo tierras asturianas

 


  • El 18% de la reserva de España pertenece a 280 toneladas de oro.
Es uno de los metales más codiciados del mundo por su rareza y por sus propiedades, y aunque otros como el paladio o el rodio son más caros, el uso del oro en ciertos sectores como la joyería o la numismática es toda una tradición.

Sin embargo, la fama de este metal dorado no es únicamente por sus cualidades, sino también por su permanencia de valor en distintos momentos económicos, e incluso invariable a los cambios políticos. Por ello es tan importante para las naciones del mundo tener una reserva de oro, que no es otra cosa que el músculo económico de cada país.

Así, no resulta sorpresa ninguna el liderato de Estados Unidos, a la cabeza de los países con mayor reserva de oro a fecha de 2022 y según los datos publicados por la organización World Gold Council, encargada del desarrollo de mercado para la industria del oro.

El país norteamericano tiene aproximadamente más de 8.000 toneladas de oro, frente a los países con menor depósito como Costa Rica, cuya reserva de oro apenas supone un 0,1% sobre el total de las reservas internacionales.

Aunque la verdadera disputa se encuentra entre los dos grandes bloques mundiales: Europa y Asia. Los 10 puestos siguientes a EEUU lo ocupan naciones de los dos continentes (y por orden de mayor a menor): Alemania, Italia, Francia, Rusia, China, Suiza, Japón, la India y Países Bajos.

De un lado, entre esos cinco países europeos del top10 reúnen casi 10.000 toneladas de oro, casi el doble que el bloque asiático (Rusia como primera potencia y con uno de los principales yacimientos de oro), que engloba unas 5.600 toneladas.

Todo sin contar el que podría ser la mayor reserva de oro del viejo contienen y que podría suponer alrededor de unos 30.000 kilos más.

España en el puesto número 19

En este caso, España ocupa el puesto número 19 a nivel mundial en cuanto a las reservas nacionales de oro. Aunque se encuentra por debajo de países como Alemania, Reino Unido, Italia y Portugal, sí supera a otras naciones como Indonesia, Uzbekistán, Nueva Guinea y República Dominicana, donde se encuentran las cinco minas de oro más grandes del mundo.

La historia del oro español pasa por multitud de cuentos fantásticos y algunos reales. Al inicio de la guerra civil española, y por orden de la II República, gran parte de grueso del oro nacional fue enviado a la Unión Soviética con el fin de salvaguardarlo, con un fin aún no muy claro (a pesar del transcurso de casi 90 años), pero con una significativa pérdida para las arcas nacionales.

Para 2022, y según World Gold Council, España acumulaba 280 toneladas de oro (unos 14.000 millones de euros) como parte de la reserva internacional del país, un porcentaje algo superior al 18%. Unas cifras que, sin embargo, podrían superar con creces las 300 toneladas contando con las supuestas 30 toneladas de oro que alberga Tapia de Casariego, Asturias, bajo sus pies.

Las mayores reservas de toda Europa

En base a los datos del Consejo Mundial del oro a lo largo de la historia ya se han extraído más de 200.000 toneladas, y otras 53.000 aún están bajo tierra. A los grandes yacimientos de oro de las ya mencionadas Indonesia, Uzbekistán, Nueva Guinea y República Dominicana, se podría unir ahora España, gracias a las reservas de dorado de una pequeña localidad asturiana, Tapia de Casariego, a unos 120 km de Oviedo, ya pocos kilómetros del límite autonómico con Galicia.

Se trataría de un yacimiento de unas 30 toneladas de oro, suficiente para convertirse en la mayor reserva del metal en toda Europa. Según los últimos proyectos llevados a cabo la ubicación exacta son antiguas cavidades de excavaciones romanas de hace más de 20 siglos.

Y aunque las extracciones aún no han comenzado, en parte a las protestas en contra por lo que pudiera supone a la fauna y flora de la zona, se estima que el proceso podría durar entre 15 y 20 años, dependiendo de la cantidad encontrada finalmente.

Font, article de Elena Garagui per a "elEconomista.es"

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