La startup Global OTC tiene como objetivo proporcionar a las ínsulas una alternativa energética limpia.
En la búsqueda de soluciones sostenibles para abastecer de energía a las islas, una startup británica, Global OTEC, está apostando por revivir una tecnología centenaria que podría ofrecer una fuente de energía renovable, constante y prácticamente ilimitada. Se trata de la Conversión de Energía Térmica Oceánica, conocida como OTEC por sus siglas en inglés, inventada en 1881 por el físico francés Jacques Arsene d’Arsonval.
La OTEC aprovecha la diferencia de temperatura entre las aguas superficiales calentadas por el sol y las frías profundidades del océano para generar electricidad. Este método implica transferir el calor de las aguas superficiales para evaporar un fluido de bajo punto de ebullición, como el amoníaco, creando vapor que acciona una turbina para producir electricidad. La condensación del vapor en contacto con el agua de mar fría completa el ciclo energético.
Aunque la OTEC tiene el potencial teórico de generar al menos 2.000 gigavatios (GW) en todo el mundo, equivalentes a la capacidad combinada de todas las centrales eléctricas de carbón del planeta, su desarrollo se ha visto limitado por barreras tecnológicas, falta de financiamiento y la competencia de energías renovables más económicas. Actualmente, solo existen dos pequeñas centrales de demostración en funcionamiento en Hawái y Japón, suministrando energía a un número limitado de hogares.
Uno de los principales desafíos de la OTEC radica en la necesidad de mantener una diferencia de temperatura de aproximadamente 20 grados Celsius entre las aguas calientes y frías. Esto limita su viabilidad a regiones tropicales, donde se pueden encontrar estas condiciones. Además, la construcción de tuberías monumentales y a prueba de tormentas para garantizar el suministro constante de agua fría desde las profundidades del océano ha sido un obstáculo financiero significativo.
Estructura
No obstante, Global OTEC ha decidido enfrentar estos desafíos con una visión ambiciosa. La empresa está desarrollando una plataforma OTEC en alta mar denominada “Dominique” con el objetivo específico de proporcionar a las ínsulas una alternativa limpia. Esta estructura modular pretende superar las barreras económicas de los prototipos anteriores.
Aprendiendo de los errores del pasado, Global OTEC ha optado por un diseño de barcaza flotante en lugar de las centrales OTEC terrestres que requieren costosas tuberías kilométricas fijadas al lecho marino. La plataforma marina de Dominique solo necesitará una tubería de agua fría que descienda directamente a las profundidades del océano, reduciendo drásticamente los costos.
Por el momento, la empresa ya ha obtenido una certificación clave para la tecnología de tuberías frías de la estructura, un paso crucial hacia su viabilidad.
Las islas, a menudo dependientes de la importación de combustibles fósiles, albergan un enorme potencial de energías renovables debido a su riqueza en sol, viento y olas. Global OTEC ve en la tecnología de la energía térmica oceánica la solución ideal para proporcionarles energía de base, complementando fuentes renovables más intermitentes como la eólica y solar.
Aunque la tecnología aún no ha sido probada a gran escala, Global OTEC espera que Dominique sea un paso crucial hacia un cambio en la matriz energética de las islas. Aunque el financiamiento para la instalación de esta plataforma aún es incierto, la urgencia de abordar el cambio climático, especialmente en las naciones insulares vulnerables, justifica darle una oportunidad a esta innovadora propuesta de aprovechar el calor del océano a escala comercial.
Font, article de Sandra Acosta per a "El periódico de la energía"
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