Dos recientes estudios dan nuevos atisbos respecto a lo que los genes neandertales provocan en nuestro cuerpo. Uno de ellos se enfocó en las implicaciones faciales de cargar con ese ADN, mientras que el otro revela cómo determinan nuestro sistema inmunológico.
Afecta a lo de adentro
Un grupo de investigadores de la Universidad de Cornell descubrió el importante papel de los genes neandertales en nuestro sistema inmune. Concluyeron también que el peso de los genes "más modernos" está ganando cada vez más terreno en este caso. Además, mencionan que la información genética neandertal no solo afecta en el sistema inmune, sino también en el metabolismo.
Este trabajo fue realizado con información genética de casi 300.000 personas , gracias a la colaboración con el Biobanco de Reino Unido. De todo ese material, encontraron que más de 235.000 variantes genéticas tienen un posible origen neandertal y, de entre ellas, unas 4.000 tienen un papel importante en 47 rasgos presentes en los humanos modernos.
De entre todos estos rasgos genéticos, se incluye la determinación de la velocidad de quema de calorías y la resistencia inmunológica a ciertas enfermedades como la enfermedad multisistémica infantil , ataxia cerebelosa y miopatía pura . Además de localizar ciertas variaciones que tienen que ver con la volumetría platetaria y la altura. Entre todo también se encuentran los niveles de bilirrubina y la actividad enzimática en el hígado. Estos resultados podrían haber modulado y continuar modulando los fenotipos humanos.
En este sentido, la genética heredada por los neandertales nos ha dado ciertas ventajas a nivel inmune. Aunque aún es un campo abierto para la investigación que necesita ser más explorado para tener más información al respecto.
Por su parte, la University College London lideró otro estudio en el cual analizaron cómo el ADN neandertal da forma a nuestras narices. Este estudio encontró 26 variantes de código genético que están directamente relacionados con los rasgos faciales.
Y a lo de afuera
Haciendo uso de información genética de europeos, nativos americanos y descendientes de africanos, fue como encontraron estas variantes relacionadas al rostro humano moderno. Entre todos ellos, encontraron que aquellas personas con herencia nativo-americana tienden a tener más probabilidades de presentar un gen (llamado ATF3) transmitido por neandertales, mientras que los europeos prácticamente no presentan dicha variante.
Se cree que la supervivencia y adaptación a climas inhóspitos marcaron la preservación de los genes heredados de los neandertales. Hasta antes del estudio se relacionaba al gen ATF3 solo con el tejido nervioso, pero ahora se encontraron vínculos con cosas que antes no se pensaba, como la nariz.
Los resultados sugieren que la morfología interna de la nariz, en los neandertales y los humanos modernos, se ha mantenido gracias a selección natural. Esto en particular debido a la adaptación para superar ambientes con temperaturas y humedades complicadas. Las característica que se ven afectadas por los genes son el ancho de la raíz nasal y el ancho del ala de la nariz. Esta correlación en los rasgos faciales entre el ancestro genético y el humano moderno son consistentes con resultados previos.
Por lo que este estudio revela no solo cambios en lo estético sino también en la adaptabilidad humana. No solo se queda en una cuestión de la forma de la nariz, tiene una razón detrás de ello. Sin embargo, es complicado acercar a qué factores ambientales fueron los que predeterminaron su selección.
El estudio de los efectos provocados por la presencia de material genético neandertal es un tema que ha apasionado a los investigadores desde hace tiempo. Esto no es de extrañar pues es sorprendente cómo un mestizaje llevado a cabo hace decenas de miles de años sigue estando presente hasta nuestra era. Sriam Sankararaman, investigador de la Universidad de California, tiene claro la importancia de todo esto:
"A grandes rasgos, estos descubrimientos pueden proporcionar conocimiento nuevo para los biólogos evolutivos que estudian cómo los ecos de este tipo de eventos pueden tener consecuencias tanto benéficas como perjudiciales."
Este par de estudios han lanzado revelaciones realmente sorprendentes, dejando entrever cómo el legado neandertal perdura hasta nuestros días. Todo esto no solo arroja un poco de luz sobre nuestra evolución física, sino también nos hace plantearnos dudas sobre qué tanto hemos cambiado a lo largo del tiempo y qué tanto cambiaremos en el futuro. Si de algo podemos estar seguros es de la gran complejidad que involucra la evolución humana.
Font, article de César Aguilla per a "Xakata"
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