martes, 26 de diciembre de 2023

B-21 RAIDER El bombardero más avanzado de la historia puede ser el último con piloto

 


El B-21 Raider está preparado para volar tripulado y de forma remota, pero 'Cerbero' —su apodo informal— y el programa de cazas NGAD marcan el principio del fin de los pilotos de combate.


El B-21 Raider es el bombardero más avanzado de la historia y la máquina más compleja jamás producida y pilotada por el ser humano. Pero Cerbero, como han apodado a este guardián del infierno nuclear de la Fuerza Aérea norteamericana, también puede ser el principio del fin de los bombarderos tripulados.

Es más que probable que este avión sea el último de su especie debido a la aceleración de la automatización y la rápida implantación de la inteligencia artificial en la aviación militar. La transición hacia aeronaves completamente autónomas, como dice la revista especializada en defensa National Interest, ya está en marcha pero el B-21 marca un hito definitivo en la que será quizás la última mutación de estas máquinas de guerra.

 

Los programas como NGAD (dominio aéreo de siguiente generación en sus siglas en inglés) ya han puesto en marcha un futuro donde las máquinas de guerra operan de forma independiente, siguiendo órdenes estratégicas y tácticas humanas pero sin la necesidad de un piloto humano a bordo. El programa NGAD está desarrollando aviones de combate tripulados que se actualizarán cada diez a quince años, una frecuencia sin precedentes en esta industria, pero que contarán con varios ‘wingmen’ completamente autónomos.

La transición a Skynet ya ha comenzado

Como apuntaba el ex-director de adquisiciones de la fuerza aérea norteamericana Will Roper en 2020: "El programa [NGAD] trata tanto de construir mejores aviones como de construir mejor esos aviones”. Los NGAD serán aún más furtivos que los actuales, con más autonomía y que estarán ligados a enjambres de drones de combate avanzados, bien modelos pequeños o máquinas grandes como el Boeing MQ-28 Ghost Bat, que cubrirán los flancos del NGAD y atacarán blancos recibiendo órdenes del piloto de este caza, que estará tripulado en su primera encarnación.

Además del programa NGAD y esos cazas de combate autónomos, existe un gran esfuerzo tecnológico para desplegar drones 100% autónomos en el campo de batalla, tanto por parte americana como china. Las últimas simulaciones de enfrentamientos con China en una posible ofensiva militar de Pekín contra Taiwán, por ejemplo, demuestran que será necesario el uso de enjambres inteligentes de bajo coste que vuelen de forma coordinada para parar a las fuerzas aéreas del gigante rojo.

Estos sistemas, que operan bajo órdenes humanas pero que tienen una capacidad operativa totalmente independiente, están ganando terreno rápidamente. Tanto que estamos sólo a unos años de cumplir la predicción temprana de Elon Musk en 2020: "La era del jet de combate ha pasado".

Cómo es el B-21 Raider

Obviamente, hoy esto es otra exageración más de Musk porque el programa NGAD y el B-21 son tripulados y tienen décadas de servicio por delante, pero estos enjambres de drones y los cazas robotizados de soporte con los que contarán los nuevos cazas de la USAF y la US Navy así como el B-21 Raider, son el último paso para llegar a ese punto.

El ‘Cerberus’, en honor al mítico perro guardián del inframundo griego, Hades, puede penetrar en el corazón de territorio enemigo sin ser detectado y abrir las puertas del infierno con su armamento nuclear

El diseño del B-21 evolucionó desde el B-2 Spirit. En las imágenes del primer vuelo se puede ver que el Raider tiene las mismas entradas de aire sobre los dos lados del fuselaje pero carecen de los dientes de sierra que caracterizan al B-2. Estas tomas están diseñadas para minimizar la detección por radar y alimentar a los motores, que están profundamente integrados en la estructura del avión. El diseño de los escapes del B-21, sin embargo, parece más pequeño que los del B-2. Esto puede indicar que tiene sólo dos motores y no cuatro, como el Spirit.

Un bombardero compacto

Sabíamos que el avión es más pequeño que su predecesor y, según las fotografías, la bahía de armas del B-21 también parece más reducida. La compañía afirma que la bahía está diseñada para ser más adaptable a diferentes armamentos. Uno de los rumores es que la aeronave tiene bahías de armas secundarias más pequeñas.

En teoría, el B-21 cuenta con tecnologías avanzadas de detección y comunicación, incluyendo radares AESA más pequeños y capacidad para la guerra electrónica, posiblemente distribuidos alrededor de todo el fuselaje para ofrecer una capacidad de detección de 360 grados. El B-21 está diseñado desde cero para operar dentro de una red electrónica de armamento, integrado con cazas y drones invisibles que les permiten actuar de forma coordinada, como un enjambre.

Fundamental para los EEUU

El B-21 es un bombardero ‘invisible’ capaz de transportar armas convencionales y nucleares sobre largas distancias. Fue presentado públicamente en diciembre de 2022 después de un desarrollo que ha durado varios años y, por primera vez en la historia, ha sido enteramente en un mundo digital. De hecho, el B-21 tiene ahora gemelo digital exacto, algo que permite realizar actualizaciones de software y hardware en el avión de forma extremadamente rápida, según Northrop Grumman y la USAF.

Este duplicado tridimensional que opera en un metaverso que simula realidad y se comporta exactamente como el avión físico, sirve también para apoyar las labores de mantenimiento en tierra y prevenir posibles fallos críticos antes de que ocurran.

EEUU está fabricando seis aviones de prueba B-21 con un precio aproximado de $750 millones en dólares por unidad. La USAF planea adquirir al menos 100 de estos bombarderos para reemplazar a los B-1 y B-2. Según los datos del Pentágono, el coste operativo por hora del B-1 es de aproximadamente 60.000 dólares, un ahorro de 5.000 dólares comparado con su antecesor, el ala volante B-2. Está previsto que los primeros Raider entren en servicio en la Base de la Fuerza Aérea de Ellsworth a mediados de la década de 2020.

Un futuro a la vuelta de la esquina

Sólo Estados Unidos ha logrado desarrollar tecnologías y aeronaves que hoy pueden operar sin ser detectadas. Todo comenzó en la década de 1970 con el programa ultrasecreto "Have Blue", que sentó las bases para el F-117 Nighthawk, el primer avión de combate furtivo operativo del mundo en 1981. Luego llegó el B-2 Spirit, introducido a finales de la década de 1990, que llevó la tecnología furtiva a un nuevo nivel.

El B-21 es la destilación de estas tres décadas de tecnología ‘invisible’ y, como dice la Fuerza Aérea, será la nueva columna vertebral de su capacidad ofensiva aérea y una parte fundamental de su tríada nuclear junto a sus misiles balísticos intercontinentales y sus submarinos atómicos.

Con la velocidad de desarrollo de la IA actual, como mostramos en nuestro documental de Control Z, hoy todo apunta a que no habrá que esperar tres décadas para ver a los herederos robóticos de los B-21, además de esos submarinos atómicos y cazas NGAD que no cuenten con comandantes humanos por ninguna parte.

Font, article de Jesús Díaz per a "El Confidencial"

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