domingo, 31 de diciembre de 2023

Algo va a cambiar en enero: los modelos empiezan a señalar un cambio de tendencia y es justo lo que España necesita

 

Tras un diciembre horrible en términos meteorológicos, todo parece indicar que tras el día de Reyes la situación va a cambiar.


Mientras todos mirábamos al vórtice polar, los modelos meteorológicos empezaban a enseñarnos otras cosas. Por primera vez en semanas, el modelo europeo daba buenas noticias con las lluvias y las salidas deterministas alejan el fantasma del bloqueo. No es una solución mágica, pero (en una situación como la actual) es una buena noticia.

¿Dónde va a llover? En los próximos días, tras el frente asociado a la borrasca Gerrit que dejará agua en Galicia, lloverá (sobre todo) en Castilla y León y Extremadura. Luego la borrasca se debilitará, pero podrían caer algunas lluvias dispersas en la comunidad de Madrid, Castilla-La Mancha y en el oeste de Andalucía.

¿Y después? Frío. Frío, sí; pero no el suficiente como para sobrepasar los umbrales de ola de frío. Con este tipo de fenómenos pasa algo parecido que con las olas de calor (hacen falta al menos tres días consecutivos, en los que el 10% de las estaciones registren mínimas por debajo del percentil del 5% de la serie histórica de los eneros y febreros entre 1971-2000.).

Así que notaremos el frío (muy especialmente en la mayor parte del país donde el frío ha estado ausente), pero no se esperan cotas históricas. AEMET no ha lanzado ninguna alerta. Solo queda una lenta espera de cara a lo que nos depare la semana después de Reyes.

Tras el día de Reyes. Y es que la situación podría cambiar entre el 8 al 15 de enero.  Una "configuración  de cresta atlántica podría impulsar aire polar y ártico sobre el continente europeo, dejando temperaturas bastante bajas". En el mejor de los casos, esto dejaría las temperaturas de Península y Baleares en valores normales para enero (aunque Canarias seguiría por encima de lo normal). En el peor, pasaríamos unos días muy fríos.

Por otro lado, el modelo europeo dibuja un horizonte más húmedo de lo que venimos sufriendo. Hay muchas incertidumbres, pero las sensaciones son buenas.

Todo lo demás es especulación. Llevamos días hablando de un calentamiento súbito atmosférico y es cierto que los modelos lo dan casi por seguro. No obstante, como hemos explicado en varias ocasiones, eso no significa nada. Lo más probable es que los efectos del mismo no se hagan notar en la Península, pero la mera posibilidad de que nos encare la corriente en chorro (con todo lo que eso significa a nivel de borrascas) hace que los meteorólogos no dejen de monitorizarlo.

Font, article de Javier Jiménez per a "Xakata"

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