"El estudio sugiere que las personas con antecedentes familiares de enfermedades cardiovasculares tienen más que ganar si consumen más pescado azul que los demás", afirma Leander. Se midieron los niveles de EPA/DHA de los participantes en el estudio, explica, y dado que estos ácidos grasos no pueden producirse en el organismo, los niveles son una medida fiable de la ingesta dietética de pescado azul. "Somos los primeros en estudiar el efecto de la combinación de los antecedentes familiares y la ingesta de pescado mediante mediciones de ácidos grasos".

"El hecho de que las mediciones de ácidos grasos en sangre y tejidos sean objetivas, a diferencia de los datos autodeclarados sobre hábitos alimentarios, es una ventaja importante", prosigue la catedrática. Así pues, a pesar de tratarse de un estudio observacional en un ámbito en el que ya existen multitud de ensayos clínicos aleatorizados, estos hallazgos representan un conocimiento "completamente nuevo", concluye Leander.

Font, article de P. Fava per a "El Español"