Pese a lo anterior, JCB reveló que el diseño de su motor de hidrógeno utilizaría inicialmente inducción con una mezcla de aire e hidrógeno, en lugar de inyección directa de gas en la cámara de combustión como se había informado anteriormente.
Dos enfoques diferentes
Estas son dos estrategias tan diferentes se han desarrollado para abordar el desafío de garantizar una mezcla adecuada de aire y combustible. En este sentido, JCB sostiene que el hidrógeno requiere un replanteamiento completo de cómo funcionan los motores de combustión interna (ICE), mientas que Bosch confía en que el hidrógeno se pueda integrar en los motores diésel existentes utilizando inyectores desarrollados específicamente para este fin.
Con este objetivo en mente, Bosch ha identificado el mayor obstáculo para la inyección directa de hidrógeno y no se trata de otro que de falta de lubricación que proporciona el combustible diésel en los sistemas tradicionales. Se estima que el inyector puede funcionar aproximadamente mil millones de veces o más durante la vida útil del motor.
En este contexto, la empresa afirma que ha superado este problema mediante un diseño cuidadoso de los inyectores y una tecnología de recubrimiento avanzada, lo que proporciona a los componentes una vida útil comparable a la de los productos existentes.
Adicionalmente, este enfoque permite que los motores futuros conserven la estructura básica del motor, los sistemas de suministro de combustible, aire y escape, y muchos otros componentes familiares que ya se utilizan en los motores existentes. Es importante tener en cuenta que esta nueva tecnología no afecta al interés de Bosch por los sistemas de baja presión ya fabricados. Por el contrario, la empresa seguirá ofreciendo estos productos para convertir los motores de combustión interna existentes a energía de hidrógeno.
Motor de hidrógeno a medida
JCB, por otro lado, explica que hacer que el gas funcione en motores de combustión interna requiere un enfoque innovador no sólo para producir la mezcla correcta de combustible y aire, sino también para los parámetros de diseño del motor
La finalidad es reducir las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) y los ingenieros de JCB lo han logrado al reducir la temperatura, así como también la relación de compresión de los motores de hidrógeno de la compañía, eliminando por completo la producción de NOx, eliminando la necesidad de tratamiento de gases de escape, simplificando la instalación y reduciendo los costos.
En este caso, la relación de compresión reducida requiere encendido por chispa, lo que lo hace más parecido a un motor de gasolina que a un motor diésel, lo que puede sorprender a los conductores de ATV. En este sentido, JCB está trabajando actualmente con un prototipo de máquina todoterreno, perfeccionando el motor basándose en tecnología probada y fiable.
El sistema de Bosch, por otro lado, es nuevo en el mundo y se basa en nuevos recubrimientos y un nuevo y complejo diseño del cuerpo del inyector. Sin duda alguna, se trata de una de las soluciones más interesantes que se están desarrollando para el óptimo funcionamiento de los motores de hidrógeno.
Gracias a estos nuevos avances, será posible lograr una mayor eficiencia en este tipo de tecnología y, al mismo tiempo, contribuir de una forma mucho más activa para el cuidado del entrono y medio ambiente en general. Y, sin duda alguna, empresas como Bosch cumplen un papel fundamental para lograr este tipo de objetivos en el mediano y largo plazo.
Font, article de Paco Magar per a "La Grada"
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