El planeta enano Ceres con el color modificado para mostrar los materiales del cráter Occator. (NASA)
La NASA descubrió que Ceres tiene moléculas orgánicas en su superficie. Ahora, científicos españoles han demostrado que la cantidad de materia orgánica es mucho mayor de lo que se pensaba
Los científicos de la misión Dawn detectaron el material orgánico alrededor de un cráter llamado Ernutet que está situado en su hemisferio norte de Ceres. Esta fue la primera vez que se consigue una detección clara de moléculas orgánicas en un objeto del cinturón principal de asteroides, aunque ya se había logrado en objetos espaciales similares como los meteoritos.
Ahora, los investigadores del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA) del CSIC, han usado datos de la misión Dawn para identificar 11 nuevas regiones que sugieren la existencia de un depósito interno de materiales orgánicos en Ceres. Los resultados de su estudio han sido publicados recientemente en la revista The Planetary Science Journal.
"La importancia de este descubrimiento radica en que, si se trata de materiales endógenos, confirmaría la existencia de fuentes internas de energía que podrían sustentar procesos biológicos", explica Juan Luis Rizos, investigador del IAA y autor principal del estudio.
Cómo lo han descubierto
Con 930 kilómetros de diámetro, Ceres es el mayor cuerpo del cinturón principal de asteroides. Como explican los investigadores españoles, se trata del objeto con más agua del sistema solar tras la Tierra. Su composición, rica en compuestos de carbono (condritas carbonáceas), lo emparenta con una familia de meteoritos que se cree que están hechos de restos del material que formó el sistema solar hace unos 4.600 millones de años.
El equipo español ha tomado los datos obtenidos por la misión Dawn en el cráter Ernutet y los ha sometido a un equipo de análisis de mezclas espectrales (SMA), una técnica utilizada para estudiar datos complejos de la interacción entre la radiación electromagnética y la materia. Luego han usado estos resultados para analizar imágenes de alta resolución del resto de la superficie de Ceres.
El equipo descubrió 11 nuevas regiones que potencialmente podrían albergar compuestos orgánicos. La mayoría se encuentra cerca de la zona ecuatorial de Ernutet, una región mucho más expuesta a la radiación y a los vientos solares. Esto, dicen los investigadores, explica por qué las señales detectadas hasta ahora eran más débiles.
A continuación, las 11 regiones se estudiaron mediante un análisis espectral en profundidad usando el espectrómetro de imágenes VIR de la nave espacial Dawn, que ofrece una alta resolución espectral. La combinación de datos de ambos instrumentos, explica el equipo, fue crucial para este descubrimiento.
Qué significa este hallazgo
La mayor presencia de material orgánico se encontró en las cuencas de Urvara y Yalode, una región de Ceres formada por la eyección de material durante los impactos que crearon estas cuencas.
"Estos impactos fueron los más violentos que ha experimentado Ceres, por lo que el material debe proceder de regiones más profundas que el expulsado de otras cuencas o cráteres", aclara Rizos. "Si se confirma la presencia de materiales orgánicos, su origen deja pocas dudas de que estos compuestos son materiales endógenos".
Los investigadores aseguran que, teniendo en cuenta las cantidades detectadas y los niveles de degradación observados en estos compuestos, debe haber gran cantidad de material orgánico en bajo la superficie de Ceres.
"La idea de un depósito orgánico en un lugar tan remoto y aparentemente inerte como Ceres plantea la posibilidad de que puedan existir condiciones similares en otros cuerpos del sistema solar”, asegura Rizos. “Sin duda, Ceres será revisitado por nuevas sondas en un futuro próximo y nuestra investigación será clave para definir la estrategia de observación de estas misiones".
Font, article de Omar Kardoudi per a "El Confidencial"
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