Carlos Tavares, CEO del grupo Stellantis, nos tiene acostumbrados a sus polémicas declaraciones. Ya sea por sus críticas a los nuevos estándares de emisiones, por sus advertencias sobre la competencia china o por su preocupación por el futuro de la industria europea, los comentarios del directivo siempre traen cola.
Para no perder las buenas costumbres, Tavares nos ha dejado unas controvertidas opiniones durante su paso por el congreso Car Symposium en Bochum (Alemania). De acuerdo con el ejecutivo, fabricar coches eléctricos asequibles será inviable en Europa debido a una estructura de costes menos competitiva que la de China y otros países.
Por este motivo, Tavares cree que la industria europea corre peligro de ir perdiendo terreno, lo que provocaría que el viejo continente pasara de ser una potencia tecnológica a un «destino turístico para chinos y estadounidenses». Además, no considera que repatriar la producción de regiones con salarios más bajos sea la solución a este problema.
Esto resulta especialmente llamativo si tenemos en cuenta que él mismo solicitó recientemente a las autoridades europeas que adoptaran medidas proteccionistas ante la competencia china. «Deberíamos pedirle a la Unión Europea que imponga las mismas condiciones en Europa para los fabricantes chinos bajo las cuales nosotros, los fabricantes occidentales, competimos en China. El mercado europeo está completamente abierto a los chinos y no sabemos si su estrategia es ganar cuota de mercado con pérdidas y aumentar su precio más tarde».
Con un margen operativo del 13% (y subiendo), a Stellantis no le interesa fabricar coches baratos y poco rentables en Europa, pero tampoco le conviene que los cada vez más competitivos rivales chinos pongan en jaque su negocio con productos solventes a precios agresivos.
¿La solución por la que parece apostar Tavares? Imponer más aranceles a los coches de origen chino mientras Stellantis se lleva la producción de sus modelos más económicos a regiones con salarios bajos como India o Marruecos, contra los que no pide medidas proteccionistas. Por otro lado, blandir la amenaza de la baja competitividad europea posiblemente le sirva como excusa perfecta para llevar a cabo futuros ajustes en su fuerza laboral, incluyendo medidas para «flexibilizar» las condiciones de trabajo y despidos.
Font : "Forococheseléctricos"
Por este motivo, Tavares cree que la industria europea corre peligro de ir perdiendo terreno, lo que provocaría que el viejo continente pasara de ser una potencia tecnológica a un «destino turístico para chinos y estadounidenses». Además, no considera que repatriar la producción de regiones con salarios más bajos sea la solución a este problema.
Esto resulta especialmente llamativo si tenemos en cuenta que él mismo solicitó recientemente a las autoridades europeas que adoptaran medidas proteccionistas ante la competencia china. «Deberíamos pedirle a la Unión Europea que imponga las mismas condiciones en Europa para los fabricantes chinos bajo las cuales nosotros, los fabricantes occidentales, competimos en China. El mercado europeo está completamente abierto a los chinos y no sabemos si su estrategia es ganar cuota de mercado con pérdidas y aumentar su precio más tarde».
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