lunes, 30 de octubre de 2023

La resaca del coche eléctrico espera a la vuelta de la esquina. Así que Toyota se reafirma en que tenía razón

 

  • El mercado eléctrico crece, pero su enfriamiento se acerca cada vez más

  • Fabricantes como Volkswagen o Ford se preparan para escenarios poco optimistas

Quien avisa no es traidor, y Toyota lleva avisando desde hace tiempo. Akio Toyoda, antiguo presidente de Toyota Motors, expresó recientemente que "la industria está llegando a reconocer que no hay una sola respuesta para reducir las emisiones de carbono". Sus palabras llegan como postura crítica a lo inevitable: el crecimiento desmesurado en las ventas de los coches eléctricos está a punto de parar.

Grandes grupos como Volkswagen empiezan a alertar sobre una importante mengua en los pedidos de coches eléctricos, y tenemos datos de sobra para inferir qué sucederá si siguen sin resolverse los retos del coche eléctrico.

Toyota lleva tiempo avisando. Toyota, principal impulsora de la hibridación en vehículos, lleva tiempo alertando. El gigante japonés nunca ha creído en el coche 100% eléctrico como alternativa de futuro, planteando como más favorable un escenario electrificado (que no eléctrico) con alternativas mixtas, como el coche híbrido. "No hay una sola respuesta para reducir las emisiones de carbono", dijo Toyota a mediados de semana en el salón del automóvil de Tokyo.

Los pilares en los que se apoya este planteamiento son sólidos. No hay una base de clientes suficiente para sostener el crecimiento de este mercado, las baterías siguen siendo "demasiado grandes, caras y pesadas", y la autonomía sigue siendo un quebradero de cabeza en determinados escenarios.

Algunos datos empiezan a darle la razón a Toyota. Las ventas de coches eléctricos llevan dos años creciendo sin parar. 2022 se cerró con 10 millones de unidades vendidas, esperándose subir hasta los 14 al cierre de 2023. Los analistas vaticinaban un crecimiento estable año tras año, aunque hay datos que ponen en entredicho esta tendencia.

Volkswagen ya habla de que sus pedidos han bajado un 50% en Europa, pese a haber aumentado un 45% interanual las entregas de sus coches eléctricos y ser el territorio europeo su principal mercado.

Si ponemos la mira en el mercado español, las expectativas no son demasiado favorables. Fabricantes como Ford han corregido a la baja sus perspectivas de fabricación y ventas, aplazando la fecha en la que prometían llegar a fabricar dos millones de coches eléctricos. Al cierre de 2022, otro fabricantes como Renault habían vendido 228.000 unidades de vehículos electrificados. Sus previsiones eran de medio millón.

Un asunto de mercados. La adopción del coche eléctrico sigue inherentemente ligada a los distintos tipos de mercado. Las diferencias son abismales. Países como Noruega son el paraíso del coche eléctrico. En el mes de septiembre las matriculaciones de turismos eléctricos puros suponen un 84,3%. Los gasolina apenas superan el 1% y los diésel el 2,5%.

No hay muchos secretos para estos peculiares datos: la venta de vehículos eléctricos está ampliamente subvencionada allí, hasta el punto de que suponen un importante agujero para sus cuentas. Sin hablar de que ocupar una posición privilegiada entre los países con mayor poder adquisitivo. Es ejemplo similar el se Suecia, con un 41,9% de matriculaciones 100% eléctricas y casi un 30% hibridadas.

Realidades como la española y la italiana... difieren. En España, con datos del mes de septiembre, el coche eléctrico puro supone apenas un 5,2%. Pese a la baja cifra, la tendencia sigue al alza (creciendo un 58,4% respecto al año anterior). En Italia el gasolina sigue ganando peso, con un 3,9% de adopción para el eléctrico puro.

El gasolina sigue siendo el rey... de momento. Según la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA), la cuota de mercado de coches eléctricos crece, pero de forma muy moderada. El incremento fue de un 14,1% al 14,1% respecto al año anterior. Curioso el dato de países como Alemania, en el que ha habido una caída cercana al 28,6% en las ventas de coches eléctricos. La razón es sencilla: el país ha cortado la barra libre de subvenciones.

Los coches gasolina siguen siendo la opción más demandada con un 34,1% de cuota, cifra ligeramente inferior al 35,3% que alcanzaron el pasado año. Los datos de Países Bajos, Suecia y Francia, con una gran adopción del coche eléctrico, con principales responsables del pequeño valle en la fotografía general de adopción de vehículos gasolina y el ligero crecimiento en eléctricos.

Sin ayudas no hay paraíso. Casos como el de Alemania y Noruega ponen sobre la mesa la principal problemática del coche eléctrico: sin subvenciones nadie quiere comprarlo. Las previsiones no son optimistas a la hora de imaginar un futuro en el que el precio de gasolina y eléctricos se iguale, con la excepción de Tesla.

La compañía de Elon Musk logró reducir el precio del Model 3 por debajo de los 40.000 euros a principios de año. La nueva versión se sigue vendiendo con este ajustado margen y el plan de Musk es claro para los próximos años: seguir bajando más el precio para evitar un enfriamiento del mercado.

Font, article de Ricardo Aguilar per a "Xakata"

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