miércoles, 25 de octubre de 2023

Europa también tiene su propia Gran Muralla China y fue la principal fuente de inspiración de Juego de Tronos

 


Este larguísimo muro se sitúa entre Inglaterra y Escocia.

Si nos atrevemos a hacer turismo virtual desde nuestra propia casa, nos encontraremos con que mucha gente opta por la Gran Muralla China para hacer este tipo de visitas. Sin embargo, hay un muro mucho más cerca de nuestros hogares que tiene una historia apasionante y que sirvió para inspirar una de las historias más interesantes de la fantasía grimdark. Así, vamos a configurar nuestro Google Maps del Imperio romano para ponernos al día y ver qué tiene de magnífica una de sus obras de infraestructuras más importantes del siglo II d. C.: el Muro de Adriano.

La inspiración de George R. R. Martin para crear su propio universo

En Canción de Hielo y Fuego y su serie de televisión Juego de Tronos, nos encontramos con una de las historias más complejas de intrigas, corte y caballería que se han construido jamás. Ya no es solamente el estilo coral de su obra, sino también una obra que bebe poderosamente de la historia real. Incluso el mapa de su mundo nos recuerda poderosamente al mapa de lo que hoy en día es Reino Unido, mientras que algunos imperios caídos bien nos recuerdan también al Imperio romano.

De esta manera, una de las principales inspiraciones de George R. R. Martin para la creación de su obra fue el muro de Adriano como cuentan desde History Extra. Mientras que en la serie y la saga de novelas este muro servía para mantener alejados a los caminantes blancos y a los hombres salvajes, en el Imperio de la realidad tenía como objetivo marcar el final de sus territorios, es decir, la frontera o limes entre los romanos y los pueblos de Escocia o como ellos la conocían, Caledonia.

El muro era mucho más humilde que el que construyeron los emperadores de China, pero sigue siendo tan funcional y práctico como todas las obras públicas que construían de manera bastante racional los romanos. Se trata de un muro de 117 kilómetros construido en el norte de Inglaterra y que tenía distintos elementos constructivos a lo largo de estas zonas. En algunos puntos era un muro de piedra, mientras que en otros era una especie de muro de hierba o de cerca.

Asimismo, cada determinados kilómetros contaba con una puerta, una torre o una fortaleza para proteger al Imperio de las constantes incursiones de los pueblos celtas que había al otro lado y que querían recuperar los territorios que antaño les pertenecieron y habitaron contando en el camino con movilidad para ello.

Es un muro singular, ya que normalmente los romanos utilizaban accidentes geográficos para delimitar las fronteras. Siendo los más famosos las fronteras del río Rin y Danubio en las que existían contactos con las sociedades germánicas que allí habitaban. En otros lugares, como en Oriente Medio, se trataba de controlar el territorio con fortalezas que se convertían en pequeños microcosmos de romanidad, como es el caso de Dura Europos.

En cualquier caso, el muro de Adriano, llamado así por el emperador que lo construyó, tiene un interés también ideológico. Adriano fue un emperador que decidió dejar de extenderse sin freno ya que consideraba que era imposible mantener unido al Imperio romano si se excedía más allá de las fronteras naturales en las que se había establecido más de un siglo atrás. Este fue el motivo por el que decidió abandonar una serie de provincias que suponían un peligro para la estabilidad imperial después de que Trajano, su antecesor, se hubiera expandido por Dacia y Oriente Medio.

Sea como fuere, este muro no es comparable en tamaño ni majestuosidad con el de China. La Gran Muralla China tiene una extensión de 21.000 kilómetros siendo una obra absolutamente icónica y totalmente desorbitada.

Font, article de Esteban García Marcos per a "La Vanguardia"

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