La baja calidad de los combustibles junto con los errores en la cantidad de combustible servido son los problemas más habituales en las estaciones de servicio.
El actual precio de los combustibles hace que repostar se esté convirtiendo en un serio problema para el bolsillo de los españoles. A día de hoy el carburante se ha convertido en el primer o segundo gasto de un domicilio junto con la hipoteca y la comida.
Joseba Barenengoa es, además de CEO de la compañía EasyGas, propietario de una estación de servicio y un influencer con decenas de vídeos y relatos en el que da pistas sobre la realidad de los combustibles en España.
Lo sabe todo de combustible
Allí es posible informarse sobre la calidad real de los combustibles low cost, sobre las consecuencias de repostar con carburantes de baja calidad y todo tipo de problemas relacionados con la gasolina y el diésel.
Hace años Joseba saltó a la palestra tras un programa televisión en el que explicaba la importancia de los aditivos a la hora de utilizar uno u otro carburante, un tipo de compuesto que sería algo así como el ADN de cada petrolera y que diferencia a los carburantes de una y otra estación de servicio.
Engaños cotidianos
En este caso nos habla sobre la posibilidad real que existe de que una gasolinera nos engañe con la cantidad de combustible que nos vende. Se trata de una estafa que, desafortunadamente, era más habitual de lo que se piensa hace unos años.
En aquel momento el Gobierno tomó cartas en el asunto y decidió llevar a cabo varias iniciativas. Entre ellas la más eficaz fue que cada surtidor debía contar con un precinto con el sello de homologación de industria y del instituto metrológico, que daba fe de que el surtidor servía la cantidad de combustible prometido.
Aún así, la policía ha llevado a cabo registros y detenciones en estaciones de servicio en las que disponían de sistemas a distancia para modificar la cantidad de combustible que servía cada surtidor.
Control a distancia
En este caso Joseba hace referencia ala prueba de la probeta, que es sencilla, rápida y tiene un 0 % de error. Consiste en solicitar en la estación de servicio el juego de medidas que deben tener por ley y que permite comprobar la cantidad de combustible que sirve el surtidor.
De esta forma basta una probeta de 10 litros para comprobar si la gasolinera te sirve los 10 litros solicitados o no. La estación de servicio está obligada a facilitar la medición al cliente que lo solicita. En caso de error, es recomendable avisar a la Policía Municipal o la competente en ese lugar, pues se trata de un delito muy grave que en principio provocará la apertura de una investigación.
Font, article de Iván Mingo per a "El debate"
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