"La mejor forma de participación es el uso de la ciudad”
Este joven de 26 años es autor de un proyecto encaminado a acercar la vida de la calle a los niños a través de rutas escolares a pie
- Ramon Marrades. / tania castro
Joven emprendedor con local ubicado en el centro histórico de la ciudad” es una fórmula que no siempre equivale a abrir un bar. En el entorno dominado por la hostelería y el turismo low cost del barrio valenciano del Carmen, el economista urbano Ramon Marrades aterrizó en 2011 en el estudio compartido de un amigo, el arquitecto David Estal, tras acabar un máster de Geografía Económica en Utrecht. A pie de calle, en una planta baja, en L’Ambaixada trabajan siete jóvenes procedentes del diseño, la arquitectura, la economía y la comunicación que conciben el urbanismo con perspectiva plural. Todos trabajan en proyectos individuales pero también colectivos.
A pocos metros del estudio, Marrades desayuna todos los días al lado de la Lonja valenciana y el Mercado Central, al que considera un ejemplo de valor simbólico y funcionalidad, que reúne lo que debieran ser los tres pies del horizonte urbano: uso, diseño y gestión. Entre café y tostadas de tomate y queso manchego, este joven economista de 26 años dista de la narrativa usual del emprendimiento. “El emprendedor esconde muchas carencias, hace que el paro sea más alto y no genera ingresos. Esta fórmula de que nadie trabaje para nadie cae muchas veces en un lenguaje de autoayuda del ‘tú puedes’ que oculta una renuncia a hacer políticas públicas del mercado de trabajo”.
El pasado marzo, la Universidad Europea de Madrid reconoció con el premio Jóvenes Emprendedores Sociales su proyecto de mejora del entorno urbano, Cien Pies. Esta iniciativa empresarial pionera se encamina a acercar la vida de la calle a los niños a través de rutas escolares a pie custodiadas por monitores y voluntarios, evitando la congestión de tráfico y contaminación a las horas de entrada y salida de los colegios. Pese a un impacto social que multiplica por 20 el retorno de cada euro invertido, la idea se ha implantado hasta ahora en un solo municipio. “Aquí todavía hay miedo por la seguridad de los niños. Es difícil convencer a Ayuntamientos y padres de que el proyecto se aplica en Europa con efectos positivos”.
Diseñado con medios de localización y seguro específico para escolares de 4 a 12 años, Cien Pies promueve el camino a la escuela como una clase andante de no más de tres kilómetros hasta el centro de destino. “Se aprovechan los 30 minutos de paseo para enseñarles cómo comportarse en la vía pública, cruzar la calle y caminar con seguridad, y explicar el entorno de la ciudad, como los oficios, los bajos comerciales y el patrimonio”.
La filosofía del espacio como mensaje trasciende un modo de trabajar. Marrades y sus compañeros de L’Ambaixada exportan como consultores, bajo la Estratègia Comboi, su modelo de proyecto a otros municipios para aprovechar locales vacíos que reúnan a jóvenes emprendedores con ideas de trabajo en común. “La herramienta más importante de participación ciudadana no es la asamblea, sino el uso de la ciudad”.
Con un proyecto pendiente para impulsar la cohesión social de la ciudad ecuatoriana de Esmeraldas, este joven economista compagina otras laboresalimentarias, como las visitas guiadas por Valencia para profesionales de lo urbano que escapan al mero turismo.
. Francesco Tonucci:
Això si que seria ser bons pares, i no atiborrar-los de joguines innecessàries i atencions exagerades que els fan quasi inútils. I despres ens queixarem dels ninis. Es que tenim el que sembrem!
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