Dos tornillos atascados eran la excusa, no contaminar las valiosas muestras era la clave
La sonda OSIRIS-REx viaja ahora a otro asteroide con un nuevo nombre, OSIRIS-APEX
"Nuestros ingenieros y científicos han trabajado incansablemente detrás de escena durante meses para diseñar, desarrollar y probar nuevas herramientas que nos permitieron superar este obstáculo", publica hoy la NASA.
Los dos tornillos más infames de la NASA
Las muestras del asteroide Bennu se encuentran desde finales de septiembre en una sala blanca especialmente construida para la misión OSIRIS-Rex dentro del Edificio 31 del Centro Espacial Johnson, en Houston, cerca de donde la NASA almacena las muestras lunares de las misiones Apolo.
La sonda espacial OSIRIS-REx llegó al asteroide Bennu en 2018. Después de orbitarlo durante 505 días, se acercó a su superficie, extendió su brazo robótico y sopló nitrógeno sobre el asteroide con un complejo mecanismo llamado TAGSAM (Touch-and-Go Sample Acquisition Mechanism) para recoger muestras de polvo y rocas.
Aunque algunas muestras de polvo quedaron adheridas a otras partes del TAGSAM, la mayor parte quedó sellada, como estaba previsto, en el contenedor de muestras. Una vez recuperó la cápsula, la NASA pudo retirar con éxito 33 de los 35 tornillos del contenedor de muestras, pero no consiguió abrir dos tornillos atascados con las herramientas que habían sido aprobadas para su uso en la sala blanca.
La solución: fabricar dos nuevas herramientas con brocas a medida y un grado específico de acero inoxidable quirúrgico no magnético, el metal más duro aprobado para su uso en las cajas con guantera de la sala para evitar contaminación.
Estas herramientas se probaron en un laboratorio de ensayo y funcionaron como estaba previsto, así que luego se usaron para abrir el contenedor. Ahora solo queda desmontar el resto del TAGSAM para recuperar cualquier resto de polvo adicional. Todavía está por determinar la masa total de material que la sonda OSIRIS-REx logró capturar durante su misión a Bennu.
Un viaje a los albores del sistema solar
Además de ser un asteroide potencialmente peligroso, Bennu tiene 4.500 millones de años, casi la edad del sistema solar. Los científicos están deseando echar mano a las muestras para estudiar su composición y, con ella, trazar la historia del sistema solar. Si hay compuestos orgánicos, como parece ser el caso, tal vez incluso el origen de la vida.
Una parte de las muestras de Bennu se almacenará a -80 ºC y otra a temperatura ambiente para asegurar su conservación durante décadas.
En cuanto a OSIRIS-REx, después de soltar la cápsula ha seguido su camino hacia un nuevo asteroide: Apofis. La sonda ha sido rebautizada como OSIRIS-APEX. Llegará al asteroide poco después de que este pase a escasos 38.000 kilómetros de la Tierra. Para ello está teniendo que acercarse al Sol y atravesar temperaturas más altas de las que fue diseñada para soportar, pero parece que aguanta.
Font, article de Matías S. Zavia per a "Xakata"
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