Este coche promete hasta 2.000 kilómetros de autonomía, algo que parece irreal, y además su creador ha estado envuelto en un proceso judicial.
NanoFlowCell, una empresa suiza de ingeniería, inició sus operaciones en la década de los 90. La compañía, reconocida por crear el "Bi-Ion", un combustible avanzado que añade un atractivo especial a sus conceptos de vehículos, cuenta con tres propuestas conceptuales desde 1995 que no ha logrado transformar en un modelo de producción, debido a la falta de fondos, especialmente para la fabricación del electrolito líquido que alimenta estos vehículos.
Celebrando su 25° aniversario en 2021, la empresa ha presentado su nuevo concepto, el NanoFlowCell Quantino 25 Concept, un Targa (descapotable) que destaca por su diseño llamativo y proporciones elegantes, típicas de un deportivo. Aunque la firma suiza no ha revelado muchos detalles, el interior del vehículo presenta un volante en forma de yugo y un túnel de transmisión que se integra con la consola central. El vehículo cuenta con tres pantallas digitales que proporcionan información extensa. Su sistema de propulsión eléctrico, basado en sales de iones que forman un electrolito líquido, es lo que realmente lo distingue. El "Bi-Ion" se almacena en dos tanques de 125 litros y se bombea a través de conductos a otro depósito donde ocurre una reacción química que genera electricidad.
Desempeño y capacidad
Desafíos y realidades
A pesar de las promesas impresionantes de nanoFlowcell, existen dudas sobre la viabilidad de sus tecnologías. La empresa propone el uso de baterías REDOX de líquido basadas en electrolito de vanadio, que, aunque pueden almacenar energía por largos períodos, enfrentan desafíos en términos de densidad energética en comparación con las baterías de ion-litio. Además, la necesidad de tanques de almacenamiento, bombas y tuberías para el electrolito líquido plantea preguntas sobre la practicidad de esta tecnología en vehículos.
Controversias y escepticismo
La historia de NanoFlowCell y su CEO, Nunzio La Vecchia, ha estado marcada por promesas incumplidas y controversias. A pesar de la falta de evidencia concreta y detalles técnicos sobre sus innovaciones, la empresa ha logrado atraer la atención en varias ocasiones. En el pasado, La Vecchia ha sido asociado con proyectos revolucionarios que no se materializaron, como un coche solar. A pesar de las acusaciones y disputas legales, La Vecchia ha mantenido su presencia en el sector, colaborando incluso con marcas reconocidas como Koenigsegg.
En el año 2000, Nuncio La Vecchia, tras recibir una inversión significativa de 39 millones de francos suizos (equivalentes a más de 70 millones de euros actuales) de una anciana suiza, afirmó haber destruido los paneles solares de su proyecto por razones de seguridad, a pesar de no tener evidencia tangible del progreso. Aunque enfrentó acusaciones legales, La Vecchia logró resurgir en el ámbito tecnológico años después. Abandonando la idea de los paneles solares, adquirió un título de doctorado y se centró en el desarrollo de nanoFlowcell, una tecnología innovadora de batería REDOX. Su discurso convincente atrajo la atención de Christian von Koenigsegg, fundador de una marca de hiperdeportivos de lujo, quien colaboró en la construcción de un prototipo, el Koenigsegg Quant, basado en esta tecnología.
Aproximadamente una década después, el QUANT e-Sportlimousine, un prototipo que supuestamente incorporaba la tecnología nanoFlowcell, fue presentado en el Salón de Ginebra en 2014. La aparición de La Vecchia y su proyecto en eventos como este fue reportada como algo surrealista por el periodista Thomas Angeli, quien también mencionó disputas legales y la solicitud de derecho al olvido por parte de La Vecchia. A pesar de las controversias pasadas, los conceptos de nanoFlowcell, Quantino y la batería REDOX han resurgido recientemente, generando expectativas e incertidumbre sobre los futuros desarrollos y la viabilidad de estas tecnologías.
Font, article de Raquel Díaz Herreros per a "Vandal"
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