No obstante, es una tecnología que está cerca de extinguirse. Las eSIM pueden terminar con ellas para siempre, aportando un mayor número de ventajas para el usuario. Más allá de lo que aporta esta tecnología a nivel viajes, su principal ventaja es que evita que haya que recibir un objeto físico por parte de la operadora para utiliza la línea que se ha contratado.
Esto permitiría que otros procesos fueran también más fáciles. La tecnología eSIM, seguramente, esté presente en la próxima generación de móviles y en el futuro será el estándar para conectar los móviles a las redes de las operadoras. En este contexto, se torna necesario conocer más acerca de esta tecnología y qué implicaciones tiene dejar en el pasado las SIMs físicas.
¿Qué es la eSIM, el futuro método estándar de los móviles?
A día de hoy, para tener cobertura móvil, las operadoras envían a los usuarios pequeñas tarjeta SIM, que han ido evolucionando con el paso del tiempo. Estas se incorporan en una bandeja del dispositivo (que puede ser un teléfono, un reloj o hasta una tablet) para comenzar a funcionan. La eSIM es una versión digital de esta forma de conectividad, que funciona con un chip que está dentro del móvil y, en lugar de requerir una tarjeta física, solo requiere de la instalación de un perfil con los datos del operador y la tarifa para estar operativa.
Este nuevo método permite que la portabilidad, al pasar de un operador a otro, sea mucho más rápido. Solo habrá que decirle al operado el código ICCID del móvil para asociarlo a la nueva línea contratada.
Igualmente, el proceso puede tardar un poco, porque hay pasos a seguir para realizar la portabilidad. Lo que se “ahorrará” el usuario es la espera hasta que la tarjeta se haya enviado por correo. Una situación perfecta para utilizarla es en un viaje, ya que puede contratarse una eSIM para utilizar en un país extranjero. Es más, en muchos teléfonos móviles se pueden utilizar varias eSIM a la vez.
Otro de sus grandes beneficios es que evita la contaminación, ya que no se utilizará plástico para producir las tarjetas SIM. Además, habrá un importante ahorro de costes, descartando los gastos de envío y transporte. También evita el desgaste de los pines de la bandeja con la tarjeta, que con el tiempo puede terminar en deterioro.
¿Cómo se usa la eSIM para móviles?
Está claro que la eSIM es muy diferente a la tarjeta que se introduce en la bandeja del dispositivo y a la que estamos acostumbrados. La eSIM será algo mucho más cómodo. Lo primero que hay que evaluar es que el teléfono móvil sea compatible con esta tecnología y contar con un chip para ello.
El operador contratado también debe tener este servicio, ya que no todas las compañías del sector las ofrecen. La mayoría de los operadores fuertes en España, como Vodafone, Movistar u Orange, disponen de opciones para usar eSIM. Puede utilizarse con una tarifa prepago o de contrato, y el reemplazo y activación para pasar de la SIM normal a la eSIM es gratuito en algunas empresas.
Para poder usarla, solo hay que pedir un alta o una portabilidad a la operadora en cuestión. Después, llegará un código QR que llevará al teléfono a una dirección web en la que podrá descargar su perfil cuando se haya confirmado que está activado en el sistema de la operadora.
Cuando el perfil esté descargado, es necesario ir a “Ajustes”. Allí, se abrirá “Internet y redes” y dentro del apartado SIM hay que pulsar en “Insertar una tarjeta SIM”. Algunos teléfonos móviles solo pueden escanear el código QR desde ese mismo apartado. Al terminar, hay que poner el código PIN que la operadora ha enviado junto al QR.
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