Ilustración de una fuente hidrotermal llena de vida. (Inteligencia artificial/Novaceno)
Un estudio publicado en Nature identifica el proceso por el que se generan los componentes orgánicos que generaron las paredes de las primeras células, el primer paso en la creación de la vida.
El Dr. Purvis estas primitivas membranas celulares son fundamentales en el inicio de la vida, al concentrar la química que dió lugar a la producción de energía.
“Este estudio muestra el primer paso en cómo la vida se originó en nuestro planeta”, afirma el coautor del estudio Dr. Jon Telling. “La investigación en nuestro laboratorio ahora continúa sobre cómo estas moléculas orgánicas, inicialmente ‘pegadas’ a las superficies minerales, pueden desprenderse para formar compartimentos celulares esféricos; las primeras ‘protocélulas’ potenciales que fueron a formar la primera vida celular”.
Este descubrimiento es extremadamente importante porque muestra que la vida puede surgir con condiciones muy básicas y comunes. Condiciones que existen en lunas del sistema solar y muchos planetas con océanos líquidos ricos en dióxido de carbono y minerales comunes, como los de la Tierra.
Según el Dr. Purvis, “el proceso puede haber generado una diversidad de tipos de membrana, algunas de las que pueden servir como cuna de la vida cuando la vida comenzó por primera vez”. Este proceso, afirma, también “puede haber contribuido a la génesis de ácidos específicos que se encuentran en la composición elemental de los meteoritos".
Habrá que esperar a la primera misión de exploración a Europa o Encélado para comprobar si es así de forma definitiva, pero es más que razonable pensar que estas reacciones químicas están ocurriendo o llevan millones de años ocurriendo, generando formas de vida desconocidas.
Como sabemos por el análisis paleontológico de los fósiles terrestres, estas formas de vida, si existen, serán muy diferentes de las que hemos conocido. Pero descubrirlas llevará décadas y miles de millones de euros en una misión arriesgada a una más allá del cinturón de asteroides. Por ahora, sólo han comprobado que los procesos necesarios para la formación de la vida más básica son mucho más comunes en el universo de lo que se pensaba. Debemos alegrarnos: la puerta al gran descubrimiento que cambiará nuestra visión del mundo y nosotros mismos está ya completamente abierta.
Font, article de Jesús Díaz per a "El Confidencial"
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