United Launch Alliance lanzará este viernes la última misión de certificación del cohete Vulcan Centaur
Se rumorea que Sierra Space podría comprar ULA a Boeing y Lockheed Martin
El segundo lanzamiento de prueba del Vulcan. La misión CERT-2 despegará desde la plataforma SLC-41 de la Fuerza Espacial, en Cabo Cañaveral, a las 10:00 UTC del viernes. Se suponía que iba a lanzar la nave espacial Dream Chaser de Sierra Space, pero el vehículo no estará listo hasta el año que viene.
En su lugar, ULA decidió proceder con el vuelo de prueba sin una carga útil, asumiendo los costes internamente. Centaur V, la etapa superior del cohete Vulcan, aprovechará el vuelo para realizar una serie de demostraciones técnicas, terminando en una trayectoria de escape de la Tierra hacia una órbita heliocéntrica. El lanzamiento se podrá seguir en directo a través de YouTube.
La importancia estratégica del Vulcan Centaur. El objetivo principal de esta segunda y última misión de certificación es validar la fiabilidad del cohete para lanzar los satélites militares más críticos de Estados Unidos. La primera prueba tuvo lugar en enero y encumbró al Vulcan como el primer cohete de metano en alcanzar la órbita al primer intento.
El cohete Vulcan, que reemplaza a los lanzadores Atlas V y Delta IV de ULA, está destinado a transportar los satélites estadounidenses más costosos, considerados de "seguridad nacional", pero a un precio más ajustado y sostenible que sus predecesores, que habían dejado de tener sentido ante la oferta del Falcon 9 y el Falcon Heavy de SpaceX.
De Boeing y Lockheed Martin a ULA. ULA es propiedad de dos viejas glorias de la industria aeroespacial estadounidense: Boeing y Lockheed Martin, que dominaron los lanzamientos en Estados Unidos hasta la irrupción de SpaceX. La empresa conjunta combinaba décadas de experiencia en la fabricación y el lanzamiento de cohetes, pero ha tardado demasiado en renovarse.
El Delta IV de Boeing y el Atlas V de Lockheed Martin siguieron lanzándose bajo ULA como principal contratista del gobierno de Estados Unidos para el Departamento de Defensa, la NASA y otras agencias gubernamentales. Pagaban hasta 400 millones de dólares por lanzar sus satélites a bordo de un Delta IV Heavy, pero cuando SpaceX demostró su fiabilidad (y demandó al gobierno por beneficiar a ULA), ese precio dejó de tener sentido
Las viejas glorias se acercan a SpaceX. Si el segundo vuelo de prueba del Vulcan es exitoso, ULA podría lanzar misiones operativas para la Fuerza Espacial antes de fin de año. ULA tiene contratos para 25 lanzamientos de cargas militares y la Oficina Nacional de Reconocimiento (NRO), y 70 para la Fuerza Espacial, la NRO y la red de satélites Kuiper de Amazon.
Lo más importante es que el precio se acerca a lo que ofrece SpaceX, a pesar de que el cohete solo sea parcialmente reutilizable (solo sus motores se poodrán recuperar). La Fuerza Espacial de Estados Unidos repartió 21 contratos de lanzamiento valorados en 2.500 millones de dólares. SpaceX consiguió 10 lanzamientos por 1.200 millones. ULA se llevó 11 lanzamientos por 1.300 millones.
Casi la compra Jeff Bezos. A pesar de estos avances, ULA lleva tiempo en venta. Blue Origin, la empresa aeroespacial de Jeff Bezos, estuvo entre los candidatos a comprarla, pero acabó perdiendo el interés. Blue Origin proporciona a ULA los motores BE-4 del Vulcan Centaur. Sin embargo, tiene su propio cohete, el New Glenn, que está a punto de hacer su vuelo inaugural.
Ahora la principal interesada en comprar ULA es Sierra Space, según Reuters. El precio de venta podría oscilar entre los 2.000 y los 3.000 millones de dólares. Hay que tener en cuenta que Boeing y Lockheed ya intentaron vender ULA en 2019, y fracasaron.
El otro Elon Musk. Si el cohete Vulcan es un éxito, tendrá una oportunidad de competir con SpaceX o venderse a buen precio. Y la persona que habrá conseguido darle la vuelta a ULA tiene nombre y apellido: Tory Bruno.
El líder de ULA tomó las riendas de la empresa en 2014 para hacer frente a la competencia de SpaceX. Es querido, carismático, y ha tenido varios encontronazos con Elon Musk, pero su papel si se vende la empresa es una incógnita.
Font, article de Matías S. Zavia per a "Xakata"
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