Cáncer de mama
El cáncer de mama es el tipo más común en las mujeres en España, incluso por delante de otros con gran incidencia como el colorrectal, según datos de GEICAM. Los casos, además, están aumentando; la buena noticia, afortunadamente, es que la letalidad disminuye, gracias a los avances en las estrategias terapéuticas disponibles.
Algunas formas de estos tumores siguen siendo aún particularmente difíciles de tratar. Una de ellas es el cáncer de mama triple-negativo, una forma agresiva que tiende a crecer y expandirse rápidamente. Su principal reto, a la hora de buscar herramientas contra él, es que sus células carecen de receptores de estrógeno o progesterona, y no fabrican la proteína HER2 (todas ellas dianas terapéuticas bien establecidas).
Dos tratamientos con mucho potencial
Un nuevo estudio, publicado en el medio especializado de alto impacto Nature y llevado a cabo por investigadores del centro Mass General Brigham (Estados Unidos), ha identificado una combinación de dos terapias que puede matar selectivamente este tipo de células tumorales, lo que podría idealmente servir de base para una nueva estrategia de tratamiento frente a esta forma de cáncer.
Concretamente, estos investigadores se enfocaron en dos proteínas involucradas en el crecimiento y la proliferación de las células de los cánceres de mama triple-negativos: la AKT y la EZH2. En ambos casos, la sobreexpresión (la fabricación excesiva por parte de las células) puede resultar en la formación de tumores cancerosos.
Ya hay estudios que han mostrado que la inhibición de la AKT, por sí sola, es efectiva en el tratamiento de ciertas formas de cáncer (aunque no el triple negativo). Por su parte, los inhibidores de la EZH2, como el tazemetostat, han mostrado promesa contra ciertos tipos de linfomas en ensayos clínicos sobre seres humanos. No obstante, una vez más, por sí solos no son eficaces contra el cáncer de mama triple negativo.
Reducciones dramáticas en las células cancerígenas
En esta ocasión, los autores utilizaron cultivos celulares para testar el efecto de combinar dos de estos inhibidores, con lo que consiguieron que las células cancerígenas se diferenciaran en un estado en el que podían ser destruidas por los fármacos.
Y es que, en condiciones normales, la resistencia a estos agentes se produce porque la exposición lleva a las células tumorales a revertir a estados más primitivos en los que las terapias resultan ineficaces. la combinación, no obstante, impedía a las células alcanzar estos estados primitivos.
De esta forma, comprobaron que el número de células en los cultivos se reducía muy significativamente (hasta en un 60% en cuatro días). Posteriormente, usaron técnicas de análisis con IA para identificar los rasgos que hacían más vulnerables a ciertas células cancerígenas ante esta estrategia, lo que puede resultar una información muy valiosa a la hora de determinar que pacientes podrían beneficiarse en mayor grado.
Mejores resultados que otras combinaciones
Los resultados son especialmente esperanzadores a la luz de algunos ensayos clínicos recientes, que han probado la combinación de terapias tradicionales (como quimioterapia) con inhibidores de estas proteínas y han resultado decepcionantes en cuanto a la eficacia de las estrategias.
Aún así, no debemos olvidar que será necesario probar esta estrategia en pacientes humanas antes de que el tratamiento pueda llegar a la práctica clínica; un paso, que, sin embargo, los autores creen que está avalado por los resultados de su estudio.
Además, se trataría en todo caso de una estrategia adecuada sólo para ciertas pacientes con cáncer de mama triple negativo. Teniendo esto en mente, la combinación de estas terapias podría pasar en unos años a ser una nueva herramienta en la lucha contra un cáncer de mama especialmente complicado y, de esta manera, contribuir a mejorar el pronóstico y la calidad de vida de muchas mujeres.
Font, article de José García per a "20 minutos"
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