Europa orbitando Júpiter
De acuerdo con la NASA: “cualquier forma de vida sería primitiva, como la vida bacteriana que se originó en los respiraderos oceánicos profundos de la Tierra”
Aunque tengamos que esperar más de cinco años, la misión Clipper, que llegará a la luna de Júpiter, Europa, es una de las más esperadas por los científicos debido a su potencial para investigar la posibilidad de vida en este satélite.
Europa tiene uno de los ingredientes más importantes para albergar vida: el agua. Pero además del agua, se necesitan compuestos orgánicos para la vida tal como la conocemos. Y a eso hay que sumarle una fuente de energía. En el caso de Europa, podrían ser los respiraderos termales en el fondo del océano. La científica adjunta del proyecto, Bonnie Buratti, imagina que cualquier forma de vida sería primitiva, como la vida bacteriana que se originó en los respiraderos oceánicos profundos de la Tierra.
Pero “no lo sabremos con esta misión porque no podemos ver tan profundamente", señala Buratti. A diferencia de las misiones a Marte, donde la habitabilidad es una de las muchas preguntas, el único trabajo de Clipper es establecer si la luna podría albergar vida en su océano o posiblemente en cualquier bolsa de agua en el hielo.
Europa es uno de los lugares más prometedores en la búsqueda de vida fuera de la Tierra debido a su océano subsuperficial, que se estima que sea más profundo que todos los océanos de la Tierra combinados. Algunos tipos de vida que podrían encontrarse allí incluyen microorganismos. Al igual que en los ambientes extremos de la Tierra, como las fuentes hidrotermales, se podría encontrar vida microbiana que utiliza la química del ambiente para sobrevivir.
También se podrían encontrar organismos quimiosintéticos. Se especula que organismos podrían depender de reacciones químicas en lugar de la fotosíntesis. Esto podría incluir el uso de minerales del lecho marino.
Y finalmente la posibilidad más tentadora: ecosistemas completos. Si hay fuentes hidrotermales en el fondo del océano de Europa, podrían existir ecosistemas completos similares a los que se encuentran en las profundidades de nuestros océanos, con organismos que viven en una cadena alimentaria.
Eso sí, la vida en Europa tendría que adaptarse a condiciones de alta presión, oscuridad y bajas temperaturas, lo que podría resultar en formas de vida muy diferentes a las que conocemos.
Font, article de Juan Scaliter per a "La Razón"
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