La revolución del transporte se acerca, aunque a diferentes ritmos según el mercado. Y es que la pionera Europa, se ha quedado atrás dando el testigo a China, que ha disparado el número de fabricantes y de ventas de coches electrificados en los últimos cuatro años.
Las cifras son incontestables. El año pasado, uno de cada dos coches eléctricos matriculados en el mundo se vendió en China. En 2023, había un total de 7 millones de coches eléctricos e híbridos enchufables recorriendo sus carreteras. En los nueve primeros meses del año, China ha matriculado 7.3 millones de coches eléctricos y enchufables, y solo en septiembre, se ha llegado a las 1.12 millones de unidades matriculadas.
El ritmo de crecimiento es vertiginoso, y los modelos eléctricos ya ocupan el 52.8% de las ventas en el gigante asiático, superando las ventas de los modelos diésel y gasolina por tercer mes consecutivo.
¿Por qué los coches eléctricos son un éxito de ventas absoluto en China, a diferencia de Europa?
- Precio bajo: Para muchos compradores en China, y en el resto del mundo, el argumento más importante suele el precio. Los modelos básicos como el BYD Seagull están disponibles por el equivalente a menos de 10.000 euros. A modo de comparación, en Europa se está planeando lanzar coches eléctricos de menos de 25.000 euros este año, y de 20.000 euros para 2026 o más allá. El gobierno chino también da ayudas al achatarramiento a los compradores, casi 2.600 euros al cambio, si sustituyen su viejo coche gasolina por un eléctrico. Algo que ha provocado en incremento de marcas, modelos, y con ello la competencia que ha supuesto una guerra de precios sin cuartel.
- Electricidad barata: La electricidad también es barata en China. Cargar la batería de un coche para unos 400 kilómetros cuesta entre tres y cinco euros. Esto es mucho más barato que ir a la gasolinera, donde un litro de gasolina cuesta alrededor de un euro al cambio. En España, el precio de la electricidad es aproximadamente cinco o seis veces mayor que en China.
Red de carga: China ha apostado fuerte por la expansión de la red de carga rápida, principalmente en las zonas urbanas y sus alrededores. Según la Alianza para la Promoción de la Infraestructura de Carga de Vehículos Eléctricos de China, a finales del año pasado había 2,7 millones de estaciones de carga de acceso público en la República Popular. En España, la cifra entre estaciones rápidas y lentas de acceso público es de 37.000, mientras que otros mercados más desarrollados, como Alemania, se estima que cuenta con 146.000 puntos de recarga de acceso público.
- Dificultades al motor de combustión: otro de los pilares del desarrollo del mercado eléctrico de China es que al gobierno no le ha temblado la mano a la hora de poner límites y lanzar prohibiciones al motor de combustión. Debido a la contaminación y los enormes problemas de densidad de tráfico, las principales ciudades tienen un límite de matriculaciones, y para acceder a un coche con motor de combustión, hay que apuntarse a una enorme lista de espera, o a una lotería, lo que puede suponer esperas de años. Por su parte, los coches eléctricos pueden ser registrados al momento.
- Mayor apertura de mente: los europeos tenemos una mentalidad sobre el automóvil muy pasional, algo que se refleja en la larga historia y la cantidad de marcas de prestigio. Pero los chinos no tienen esa historia, y no tienen ese apego, siendo mucho más pragmáticos y más abiertos a la hora de lanzarse a la compra de un coche eléctrico.
Un éxito capitalizado por las marcas chinas
Pero con buenos precios, electricidad barata y buena red de carga, todos los fabricantes tendrían oportunidades de éxito en el mercado chino. En cambio, la mayor parte de las ventas de coches eléctricos e híbridos enchufables corresponden a marcas locales.
Los primeros puestos los dominan BYD, Geely, Tesla es la única foránea en el Top 10 en el tercer puesto, seguida de la marca Wuling, propiedad del Grupo SAIC y General Motors, por debajo están Chery, Li Auto, Changan, Dongfeng, Seres, GAC…etc. No hay rastro de los europeos hasta el puesto 16, donde está la alianza entre SAIC y Volkswagen.
La clave está en una propuestas cada vez más competitiva en diseño, equipamiento, calidad, software, y todo con unos precios por debajo de sus rivales occidentales. La ventaja tecnológica que tienen los fabricantes alemanes en los motores de combustión ya no cuenta para los clientes de los vehículos eléctricos.
La lealtad a la marca también está disminuyendo en China. Los clientes que antes optaban por tener un Volkswagen, un Mercedes o un BMW, ahora se están inclinando a marcas como Geely, BYD o Nio o Xpeng, y lo están haciendo con cada vez mayor asiduidad.
Algo que los grupos chinos quieren extender ahora fuera de sus fronteras, con su lenta pero imparable expansión. Una expansión que está intentando ser frenada por los aranceles que han impuesto Europa o Estados Unidos, pero que no es más que un pequeño parche para parar una avalancha de magnitud insuperable.
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