Los últimos informes sobre el calentamiento global y el cambio climático son claros: necesitamos cambios. Para ello, es necesaria una transición energética mayor y más acelerada que las anteriores. Diferentes naciones ya se han fijado metas ambientales que auguran un planeta alejado de la contaminación, con el 90% o más de la energía del mundo generada por energías renovables.
Aunque todavía estamos lejos del objetivo impuesto, gobiernos y compañías energéticas están comprometidos/as a ser parte del cambio. En este contexto, Europa es uno de los continentes que más énfasis está poniendo en la llegada de una nueva realidad. Sin embargo, su proyecto de energía más ambicioso no ha logrado ver la luz del sol.
Europa pierde el proyecto que iba a unir Noruega y Alemania
La noruega Equinor y la alemana RWE decidieron cancelar uno de los mayores proyectos de infraestructuras de hidrógeno del continente europeo. El motivo es la falta de clientes, de suministro de hidrógeno verde y la fata de un marco regulatorio óptimo. Según informa el portal Bloomberg, la corporación estatal de Noruega rompió su implicación en el proyecto por las causas mencionadas.
Esta iniciativa había sido presentada en enero de 2023, cuando ambas compañías soñaban con llevar hasta Alemania y Europa Central importantes cantidades de hidrógeno verde y azul. El objetivo era sustituir las centrales eléctricas de carbón por centrales eléctricas de gas preparadas para hidrógeno en Alemania, y construir una producción de H renovable y con bajas emisiones de carbono en Noruega impuesta por medio de oleoductos a Alemania.
Para lograrlo necesitaban construir un gran ‘hidrogenoducto’. El gasoducto transportaría al principio hidrógeno bajo en carbono, generado al capturar más del 95% del CO2 del gas natural, usando tecnologías existentes y ya probadas.
Equinor buscaba invertir en proyectos de hidrógeno limpio para Europa con una capacidad inicial de hidrógeno con bajas emisiones de carbono de 2 GW en Noruega para 2030 y hasta 10 GW para 2030 que también abastecerían el gasoducto hacia Alemania, que fue evaluado por la compañía estatal noruega Gassco. “Siempre que este gasoducto esté operativo, Equinor transportará el hidrógeno azul (bajo carbono), que RWE comprará y utilizará en plantas de gas preparadas para hidrógeno”, advirtieron. Actualmente, este procedimiento no podría realizarse.
¿Qué hubiera pasado si el proyecto de energía de Europa se hubiera ejecutado?
Esta alianza estratégica fue pensada para impulsar la seguridad del suministro energético y la descarbonización a través del desarrollo de proyectos a gran escala. Con este movimiento, se busca fomentar la economía del hidrógeno, incorporando la construcción de varias plantas en Alemania. El acuerdo fue oficializado en 2023 por los consejeros delegados de ambas compañías, Anders Opedal (Equinor) y Markus Krebber (RWE).
Desde el principio se determinó que las inversiones dependían de la construcción de un gasoducto de hidrógeno entre Noruega y Alemania, además de la construcción de una infraestructura necesaria en Alemania. Además, RWE y Equinor pronosticaban colaborar en proyectos de producción de hidrógeno verde (renovable), en los que resaltaba el empleo de energía eólica marina como una forma de generación.
La visión de ambas empresas era explorar de forma conjunta las posibilidades de producción de H renovable en alta mar, un enfoque habría alcanzado a Noruega, Alemania y países adyacentes. Esta mala noticia para Europa se suma al hecho de que podría quedarse sin coches eléctricos.
Font , article de Trini N. per a "ECOticias"
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