Una magnífica visión del ascensor espacial que puede revolucionar la exploración espacial, abaratando radicalmente los costes para llegar a órbita terrestre.
Cuestíón de materiales
Hughes dice que el Proyecto Ascensio “presenta un futuro emocionante, sostenible y seguro para la exploración espacial” , algo en lo que coinciden muchos expertos. Otros, sin embargo, piensan que los ascensores espaciales basados en la Tierra serán de muy difícil ejecución.
La ISEC, sin embargo, es más optimista. Según ellos, ahora mismo sólo necesitamos un material lo suficientemente fuerte y ligero como para soportar su propio peso más el de la carga útil. Cada cable necesario para unir el satélite a la Tierra mientras éste da vueltas como lo haría una honda, señalan, debería tener 100.000 kilómetros de largo y un metro de ancho.
“Hasta hace poco, el único material candidato eran los nanotubos de carbono, pero la fabricación de este material en las cantidades necesarias ha demostrado ser un desafío” que no hemos podido resolver todavía.
Hoy, aseguran, hay tres posibles caminos para fabricar el cable: los nanotubos de carbono, nitruro de boro hexagonal y grafeno de cristal único. “El grafeno de cristal único es actualmente el más prometedor”, afirman, pero todavía no tenemos los medios para fabricarlo en la cantidad necesaria.
Hughes escribe en su memoria que su proyecto explora esta desafiante pero emocionante perspectiva, combinando “un ascensor espacial basado en el océano con un puerto espacial de usos múltiples; con el objetivo de proporcionar una puerta de entrada más fácilmente accesible y sostenible a la exploración espacial y el turismo”. Además, un ascensor espacial sería necesario para transportar materias primas resultantes de la minería de asteorides para su uso en la Tierra.
Font, article de Jesús Díaz per a "El Confidencial"
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