jueves, 14 de septiembre de 2023

El kit que permitiría circular a más de siete millones de coches sin etiqueta

 


Los coches sin etiqueta y los etiqueta B se acercan peligrosamente al final de sus días si no se pone remedio.


Hace ya meses que las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) se han convertido en una pesadilla para miles de conductores, que ven cómo sus coches han visto limitada la zona por la que pueden circular.

Este problema es especialmente grave en España, que cuenta con uno de los tres parques móviles más viejos de Europa, con más de 14 años de antigüedad. Así, cualquier solución que evite gastarse 30.000 o 40.000 euros en la compra de un coche electrificado va a ser muy bien recibida.

Objetivo: no comprar coche

En este caso una de las soluciones más sencillas es la instalación de un kit de GLP (gas licuado de petróleo). Esta solución, que parece algo complicada, es extraordinariamente sencilla y es aplicable a prácticamente todos los coches que hay ahora en el mercado, ya sean de gasolina o diésel. Aunque es cierto que es algo más sencillo y barato en los coches de gasolina.
La transformación se basa en la instalación de un kit que incluye un depósito de gas, que normalmente tiene forma de dónut y se ubica en la zona de la rueda de repuesto, y ligeras modificaciones en la inyección, para que le permita trabajar con gas a la vez que con combustible, pues estos coches se convierten en híbridos que pueden funcionar con gas o con combustible gasolina o diésel.

Solicita tu etiqueta

De esta forma y tras recibir el certificado oficial por parte del taller instalador, deberemos pasar la ITV, donde nos homologarán el cambio con un documento con el que luego pediremos a la DGT que nos otorgue la etiqueta ECO.
Se trata de una transformación que cuesta entre 1.000 y 2.000 euros, en función del taller y del coche y que se realiza en unas seis horas de trabajo. Además de la etiqueta ECO, ganaremos en fiabilidad, pues el gas permite que el motor funcione con un combustible más limpio que no genera carbonilla ni residuos, lo que alarga su vida y la del catalizador.
A todo esto hay que sumar que el gas es actualmente bastante más barato que la gasolina y el diésel, pues su precio ronda los 90 céntimos el kilo. A nivel funcional no existe la menor diferencia con el funcionamiento del motor en gasolina o diésel, más allá de una supuesta pérdida de potencia que ronda el 10 % pero que es imperceptible al volante.
Estas transformaciones llevan haciéndose años con excelentes resultados, en modelos tan llamativos como los Porsche Cayenne Turbo, lo que les permite ahorrarse un buen pico en combustible a sus propietarios, pues los cálculos indican que el coste se amortiza en menos de 50.000 kilómetros.

Font, article de Mercedes Benítez per a "El debate"

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